En medio de una alerta fitosanitaria que rige en todo el país, el Senasa confirmó la enfermedad en una plantación de Luján. ¿Qué es el virus rugoso del tomate?
Durante la jornada de este 23 de noviembre, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) confirmó la detección del virus rugoso del tomate (ToBRFV, sus siglas en inglés) en muestras oficiales recuperadas de una plantación de Luján, localidad bonaerense, y posterior análisis en sus laboratorios. La alarma por el virus crece ya que el 22 de julio, la entidad declaró el alerta fitosanitaria.
No obstante, el hallazgo corresponde a muestras recolectadas en una única plantación de tomates que presentaba sintomatología compatible con el virus. En este marco, a través de la Resolución Senasa N° 569/2023, se dispuso que el establecimiento productivo mantenga en aislamiento los sitios de producción donde fue detectado el virus.
A su vez, también se elaboraron medidas de higiene y desinfección en el lugar, así como en las herramientas de trabajo y otros posibles transmisores del virus. A través de esta medida, el Senasa busca fortalecer las acciones conjuntas entre el sector público y privado, con el objetivo final de contener los focos de ToBRFV en el país, evitando su establecimiento y dispersión.
¿De qué se trata el virus rugoso del tomate?
Las características de este virus es provocar síntomas como manchas marrones en los frutos, deformaciones, pérdida de calidad y reducción en la producción. Además, su rápida propagación a través de semillas, plantas infectadas y utensilios de trabajo representa un desafío para los productores, quienes deben implementar medidas de control y prevención eficaces. No obstante, es importante aclarar si bien daña cultivos de tomate y pimiento, no afecta la salud humana ni animal.
Medidas preventivas
Como no existen tratamientos para esta plaga, el Senasa junto con el INASE el INTA establecen una serie de recomendaciones para minimizar el contagio y su dispersión:
Comprar la semilla en comercios registrados en el INASE y verificar que el envase cuente con el rótulo amarillo de identificación de la semilla y Registro INASE.
Asegurarse de que los plantines sean producidos en condiciones seguras (libres de plagas y patógenos), en viveros registrados por el INASE e inscriptos en el Senasa.
Limitar el ingreso a la zona del cultivo a las personas estrictamente necesarias para su manejo (por ejemplo, evitar el ingreso de personas ajenas al trabajo y asesoramiento del cultivo).
Utilizar ropa de protección que se pueda desinfectar finalizada la jornada. La misma debe emplearse en un único sitio de producción.
Desinfectar las herramientas antes de pasar a otra fila dentro del mismo lote.
Contar con un sitio en el cual se pueda lavar y desinfectar herramientas, manos y calzado.
Para la desinfección puede utilizarse lavandina comercial al 10% preparada en el mismo día con agua limpia.
Limpiar y desinfectar el invernadero al final de una temporada de producción.
Al detectar una planta enferma evitar el contacto con la misma y desinfectar todo material con el que se la maneja y aislar el sector.
No obstante, aclaran que, ante sospechas de presencia de la enfermedad, es fundamental no tocar la planta, aislar el sector y avisar a las oficinas del Senasa, Inase o INTA más cercana a la localidad; enviar un correo electrónico a: tomate@senasa.gob.ar; o un mensaje al Whatsapp: +541135859810.