14.4 C
Mercedes
miércoles, abril 17, 2024

BREVES HISTORIAS DE MERCEDES: EL RENACIMIENTO DE LOS CARNAVALES

TERCERA PARTE – LOS CARNAVALES HASTA FINALES DEL SIGLO XX

Luego de un período de aletargamiento de los carnavales, en parte debido a hechos de violencia que sucedían sistemáticamente durante los festejos y que alejaron a las familias de los festejos, también como consecuencia del auge de la moda del tango y por el gradual abandono de las pasadas de carrozas suplantadas por los automóviles, las fiestas carnestolendas volvieron a recobrar algo de su brillo perdido recién a principios de la década del 70.

Agachate que vienen los indios, con la «cucaracha» al fondo (Imagen gentileza de Daniel Silvestri)

Surgió en ese entonces una tríada que marcaría un antes y un después en el resurgimiento de los carnavales: las carrozas de Cesar Mariella preparadas en la Escuela Industrial y/o el club Estudiantes; la gente del teatro Talía y Miguel Angel García.

César Mariella

Con el incentivo de premios mejores y mayores, las fiestas de clausura en el estadio de la Liga Mercedina con la quema del Rey Momo y los concursos populares como adivinar la cantidad de semillas de maíz que había en una botella, la gente se sintió más involucrada en los eventos y la fiesta recuperó algo de su brillo de antaño.

Se seguía utilizando agua y harina para las típicas «chayas», con algunos períodos de restricción gubernamental por el carácter controversial que habían adquirido estos juegos. Surgió entonces el famoso «machete», con el que se acostumbraba golpear a la gente en la cabeza, pero que, con el agregado de arena o agua en su interior, dejó a algunos contusos. Y en 1976 llegaría la espuma de nieve.

Aún entonces y hasta el año 2000 los desfiles de los Corsos seguían haciéndose a doble mano. Partían desde 29 y 30 por la mano derecha hacia la 16, con público de ambos lados. Las diferentes atracciones regresaban desde la 29 y 16 hacia la 30 nuevamente, de la mano contraria. El público lo disfrutaba de una mano y de la otra. Pero también en el medio de la avenida 29.

La estampa de «Chiche» Noriega

Aparecieron en esos años algunas comparsas que marcaron historia y aún son recordadas por todos, como es el caso de Agachate que vienen los indios, dirigida por Carlos «El Perro» Raymundi, con la estelaridad de «las chicas de Tabossi» y la comparsa de «Chiche» Noriega el Tío Rico, del club El Porvenir, que llegó a tener 400 integrantes. «Chiche», avezado bailarín, de los mejores que han pasado por los famosos Corsos mercedinos. Dada la cantidad de gente que quería participar aparecieron, como desdoblamiento de la comparsa original, Los herederos del Tío Rico.

Comparsa Agachate que vienen los indios (Imagen gentileza de Tulio Ortiz)

Ya en el año 93 y por iniciativa de un grupo de docentes del Instituto Martín Rodríguez, se gesta una de las comparsas más reconocidas por su estética cuidada y sus coreografías delicadamente audaces, que desfila hasta nuestros días, Lesionados por el corcho, de cuya escisión surgiría a su vez Unidos por una pasión, con un sesgo artístico más inclinado al estilo libre.

El inefable Abelito

Entre los infaltables de los corsos mercedinos que nos han quedado grabados a fuego en nuestra memoria, se encuentra Abelito, hombre sin maldad, querido por todos, nacido en La Plata y criado en el instituto Unzué, fanático de Boca y de las radios. Nunca se supo su edad, ni quiénes fueron sus padres. Pero le sobraba gente que lo quería. Era un chico grande, que trabajaba como celador en el Unzué. Se ganaba la vida sumándole unos pesos a su ingresos, haciendo redes para arcos de fútbol y mandados a los comercios del barrio. Representaba personajes emblemáticos con alegría e ingenuidad, como el recordado Carlitos Chaplin.

También era un clásico Luis Berrozpe, el Auténtico indio lanzallamas, que desfilaba a caballo, disfrazado y lanzando fuego por la boca haciéndose buches con kerosene.

Y como olvidarnos de Fernando «Comita» Pazos, que con su paso por la avenida sólo derrochaba alegrías y bondad. Tras el paso de la pandemia, su nombre, junto al de Fernando Luna y Piky Caballero, fueron de los que más se extrañaron en un Carnaval lleno de ausencias.

Por último, pero no menos importante, hay un lugar especial que ocupan los locutores históricos de estas fiestas populares, cuyas voces inconfundibles acompañaban cada noche de carnaval desde los altoparlantes: Oscar Zárate y Fernando Luna. El paso de Zárate fue más fugaz. Fernando ha logrado que distintas generaciones reconozcan «esa voz». O sepan de qué se trata cuando uno oye que «está lloviendo en la Pulpería de Cacho».

Fernando Luna y Oscar Zárate en una charla durante Hola… Cierre!!

Fuente: Mercedes es un corso.

Especial agradecimiento a Gabriela Florella

 

 

 

Articulos relacionados

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

spot_img

Seguinos

4,568FansMe gusta
985SeguidoresSeguir
512SeguidoresSeguir
- Publicidad -spot_img

Ultimos articulos