El tremendo suceso fue cometido por cinco delincuentes y vuelve a sacudir a la comunidad de Open Door. Ocurrió el jueves a la madrugada en calle Lepera 1024. Las víctimas sufrieron heridas causadas con un destornillador. La información sobre un hecho que sorprende fue dado a conocer por el periodista Gustavo Charino en El Civismo.
A menos de 72 horas de una reunión entre vecinos y policías para discutir la creciente inseguridad en Open Door, otro violento asalto volvió a estremecer a la localidad.
En la madrugada del jueves, al menos cinco delincuentes ingresaron a una vivienda, golpearon y torturaron a un matrimonio durante una hora, y se llevaron un televisor, dinero, una mochila con material educativo y un automóvil en el que escaparon.
El hecho ocurrió en la calle Lepera al 1024, justo donde termina la calle Santiago del Estero. La casa, donde viven Verónica y Alejandro desde hace 15 años, está ubicada a unos 90 metros de la calle, en un entorno que aún conserva rasgos de un paisaje rural, característico de Open Door hasta hace no mucho tiempo. La zona está en un proceso irreversible de poblamiento.
Para llegar a la vivienda, es necesario sortear una tranquera o saltar un alambrado no muy alto. A pocos metros, hay una figura de la Virgen María y una pequeña pared que la rodea con la identificación del domicilio pintada. La imagen sagrada fue ignorada por los malvivientes que no tuvieron piedad ni compasión al momento de atacar a dos indefensas personas.
A las 2 de la madrugada, los perros del matrimonio ladraron de manera desesperada ante la presencia de extraños, despertando a Verónica y Alejandro.
Ante esto, el dueño de casa salió para ver qué sucedía y fue dominado por tres sujetos que se metieron en la vivienda. Otros dos delincuentes ingresaron tras romper una ventana y le advirtieron a la vecina que se quedara quieta o “la quemaban”.
Se escuchó un disparo y uno de los perros -de raza fila- alcanzó a morder a uno de los intrusos y escapó hacia un descampado. Comenzaba así la peor noche para el matrimonio desde que viven en el pueblo. Fue una hora mínima de puro terror. Nunca habían pasado por una situación semejante.
Los delincuentes actuaron como si fueran un verdadero grupo comando. Verónica sospecha que marcaron la casa dejando un cable atado que cuelga del cableado. “Eso no estaba ahí”, afirmó la víctima.
Al menos uno de los asaltantes estaba armado. Uno era un hombre de unos 45 años, de contextura delgada y que se tapaba el rostro con una capucha porque que no quería que lo miraran.
Los demás parecían ser adolescentes de entre 16 y unos 20 años. Todos con gorras y capuchas a excepción de uno que actuó con el rostro descubierto.
Mientras unos reducían a Alejandro, otros hacían lo propio con Verónica que cayó en el piso del pasillo. La mujer fue llevada al dormitorio y golpeada por el hampón de mayor edad. Sufrió una herida sangrante en la cabeza. Su marido fue agredido brutalmente por tres de los malvivientes.
Los delincuentes exigían dinero, dólares, joyas y oro. Al no encontrar lo que buscaban, pensaron que el matrimonio mentía. Y esto enardecía aún más a la banda de asaltantes que empezaron a revolver toda la casa.
Alejandro y Verónica enseñan catecismo, ella es docente y brinda apoyo escolar en su domicilio, ambos tienen una activa presencia en la parroquia San Roque y son muy queridos en el pueblo.
“Son personas trabajadoras, queridas, respetadas, que no se merecen lo que pasaron y no queremos que esto quede como una estadística. Esto tiene que ser un punto de inflexión en Open Door porque es inaceptable lo que pasó”, dijo una vecina en contacto con este medio.
En el pueblo, la indignación es grande. “No tiene nombre todo lo que hicieron los delincuentes, es de película de terror. La casa quedó llena de sangre. Despiadada fue la tortura que recibieron con destornilladores. A Verónica se lo clavaron en la cabeza y a Alejandro reiteradas veces en la mano, le cortaron la cara. No puedo creer que estén pasando estas cosas en este pueblo. No es gente de afuera, es gente de acá. Lamentablemente, los delincuentes están metidos en Open Door”, expresó otra vecina.
Los golpes con un destornillador que recibieron las víctimas solo alcanzan a ser imaginados a partir de la sangre que perdieron y que quedó esparcida por toda la casa.
“Me rompieron la cabeza pegándome con el destornillador. Fue bravo y duró una hora”, relató Verónica que también recibió trompadas en la boca mientras uno de los asaltantes se puso de frente, le dijo que la conocía y que sabía que en la casa entraban chicos a recibir a apoyo escolar.
Alejandro, además de ser golpeado en la cabeza, recibió heridas en la mano izquierda con un objeto punzante, posiblemente también un destornillador. Este viernes tenía la mano cubierta con una venda. “Mucha violencia constante e innecesaria”, comentó ante EL CIVISMO. “Por suerte estamos vivos”, agregó Verónica.
Las víctimas además fueron atadas con prendas de vestir. Antes de irse, los delincuentes impartieron sus últimas órdenes: una vez que se alejaran en un auto y en una moto, recién podían desatarse. Y eso hicieron Alejandro y Verónica ni bien escucharon el sonido de motores alejándose del domicilio.
Luego, pidieron ayuda a un vecino y fueron llevados en ambulancia al Hospital para ser curados. En tanto, la Policía llegó rápido. El lugar del hecho queda a pocas cuadras de la Comisaría Luján Tercera. Es más, el móvil se cruzó con dos vehículos en los que ahora se presume iba la banda de delincuentes.
Una fuente con acceso al caso señaló que los delincuentes no serían de Open Door. Mientras tanto, en la localidad muchos se inclinan por sospechar que los autores de este hecho residen en el pueblo o tienen contacto con gente de malvivir que habita en esta población.
Este violento asalto dejó una profunda huella en la comunidad de Open Door, que exige medidas urgentes para garantizar la seguridad de sus habitantes. Es tercer asalto con violencia que se tiene conocimiento en las últimas semanas.
La reunión entre vecinos y policías realizada el lunes a la mañana no fue suficiente para cambiar la realidad al tiempo que toma ahora una relevancia mayor ante los acontecimientos ocurridos, la necesidad de revertir la situación de inseguridad cuando empiezan a acumularse hechos parecidos donde prima la violencia.
“Open Door es puerta abierta, pero al delito”, resumió otra vecina en contacto con este medio y espera que este caso lleve a cambios significativos en la protección y la tranquilidad de los habitantes de la localidad.
El jueves, a las 19 horas, está prevista una reunión en el Centro de Jubilados y Pensionados donde autoridades del Municipio explicarán la aplicación Luján Alerta 24. Es probable que haya una importante concurrencia de vecinos.
Fuente: El Civismo