Cada 11 de septiembre, se celebra el Día del Maestro en nuestro país. La fecha, es un homenaje «al padre del aula», Domingo Faustino Sarmiento, en el aniversario de su fallecimiento. Así quedó establecido en la Conferencia Interamericana de Educación que se celebró en Panamá en 1943.
Algunas curisidades del «Padre del Aula»:
– Sarmiento, no se llamaba Domingo, sino Faustino Valentín Quiroga Sarmiento. Su madre lo apodaba Domingo porque era devota de este santo.
– Tuvo una hija biológica con María Jesús del Canto, a quien conoció en una escuela, durante uno de sus cuatro exilios en Chile. Ella era su alumna. Su hija, a la que llamó Emilia Faustina Ana nació al año siguiente.
– María Jesús murió durante el parto, el 18 de julio de 1832. Quedando huérfana de madre, Emilia Faustina se crió con su abuela Paula Albarracín (madre de Sarmiento) y sus tías. Sobre todo porque Domingo nunca se quedó demasiado tiempo en ningún lugar.
– Sarmiento plantó la primera vara de mimbre en el país, lo hizo en el Delta del Paraná. También se le atribuye haber traído las primeras semillas de nogales pecan de los Estados Unidos, al Delta. Según su nieto, durante el último año de vida, el prócer enviaba varillas de mimbre por correo para promocionar su producción.
– En Chile, dirigió la Escuela Normal de Preceptores, la primera institución latinoamericana especializada en preparar docentes.
– En 1845 nació en Chile, Domingo Fidel, hijo del chileno Domingo Castro y Calvo y la argentina Benita Martínez Pastoriza, que al enviudar, en 1848, se casó con Domingo Faustino Sarmiento, que le dio su apellido al niño. El matrimonio solo duró un año, pero el hijo adoptivo – conocido como Dominguito – fue muy querido por Sarmiento. En septiembre de 1866, durante la Batalla de Curupaití, Dominguito fue herido de muerte. En ese momento, Sarmiento era Ministro Plenipotenciario de la Argentina en Estados Unidos. La noticia de la muerte de su hijo lo hundió en una profunda depresión, renunció al cargo diplomático y regresó a Buenos Aires. Después escribió la biografía de su hijo: Vida de Dominguito.
– Entre 1845 y 1847 Sarmiento emprendió un viaje por Europa, África y América, para estudiar el sistema educativo de los países que visitó. Como resultado de ese viaje escribió los libros: La Educación Popular, Viajes – una serie de cartas donde iba contando sus experiencias -, y el Diario de Gastos, una libretita que el propio Sarmiento definió como «uno de mis mejores recuerdos», con anotaciones en varios idiomas.
– Contribuyó mucho a su provincia natal cuando inició su mandato como gobernador de San Juan, en 1862. En dos años incorporó el alumbrado público, se encargó del empedrado de las calles y abrió y ensanchó varias de ellas. Además, forestó y confeccionó el plano topográfico de la provincia.
– Fundó la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CoNaBiP). Fue el encargado de crear y desarrollar este organismo que hasta la actualidad fomenta el fortalecimiento de las bibliotecas populares como organizaciones de la sociedad civil.
– Organizó el primer censo nacional, en 1869. Este arrojó como resultado que en el país había 1.836.490 habitantes, siendo el 8% del total inmigrantes europeos, el 70% población rural y el 71% de los argentinos, analfabetos.
– Sarmiento también inició la meteorología en el país. Durante su gestión como representante argentino en Estados Unidos logró que el astrónomo Benjamin Apthorp Gould viajara al país para crear un observatorio astronómico, pero cuando Gould llegó, Sarmiento ya había levantado el Observatorio Astronómico de Córdoba que adquirió entonces relevancia internacional. Ambos iniciaron los estudios argentinos de meteorología al crear, en 1872, la Oficina Meteorológica Nacional que funcionó hasta 1884 en Córdoba para luego trasladarse a Buenos Aires.
– Mediante la Ley de Subvenciones de 1871, el padre del aula garantizó los fondos para la creación de nuevas escuelas y la compra de materiales y libros. Durante su mandato, y con apoyo nacional, las provincias fundaron unas 800 escuelas de primeras letras, alcanzando un total de 1.816 escuelas, de las cuales el 27% eran privadas. La población escolar se elevó de 30.000 a 110.000 alumnos.
Fuentes: Cultura.gob.ar / El Patagónico