Todas las semanas compartimos alguno de los atrapantes relatos de Andrés Monferrand sobre diferentes historias de Mercedes. Desde hace algunas semanas todos dedicados a bares, confiterías y reductos bailables.
¿Quién de más de cuarenta años, quizás un poco más también, no recuerda lo que ha sido CdeP? Sus largas noches de música dejaron huellas imborrables en una cantidad interminable de situaciones, anécdotas y de historias de amor.
CdeP y Oykos en los años 80 fueron clásicos. Como tantos otros en aquellos años en que lo normal era que haya boliches bailables. También hubo otros, muchos más. Pero hoy nos metemos en la historia del viejo Club del Progreso y las recordadas noches en la que llegaban a abrir sus puertas viernes, sábados y a veces, hasta los días domingo.
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