El AquaDom, el acuario gigante ubicado en el interior del hotel Radisson Collection de Berlín, explotó este viernes de madrugada por razones que todavía se desconocen, vertiendo dentro del edificio y hacia la calle un millón de litros de agua y parte de los 1.500 peces tropicales de más de 100 especies diferentes que vivían en su interior.
Muchos de los peces acabaron arrastrados por el torrente de agua a las alcantarillas de la capital alemana, mientras que dos personas resultaron heridas por fragmentos de vidrio.
Con 14 metros de altura, era el acuario cilíndrico independiente más grande del mundo, batiendo el récord mundial Guiness.
«El agua de este acuario se ha filtrado casi por completo, tanto dentro del edificio como hacia la calle Karl Liebknecht», confirmó a la prensa local un portavoz de los bomberos, antes de añadir que «debido a la alta presión del agua del acuario, al reventar se ha llevado por delante un montón de objetos, que ahora están esparcidos por la calle».
Según la cadena regional de radiotelevisión Rbb, además de la estructura del acuario, saltaron por los aires puertas y ventanas interiores del establecimiento.
Hacia las 5.45 de la mañana se oyó un «ruido muy fuerte», según un portavoz de la policía, quien señaló que partes de la fachada del hotel donde se encontraba el acuario también «volaron a la calle». «Sólo oí un ruido muy fuerte y vi que el gran acuario se había roto. Entonces miré hacia afuera y vi que había un montón de muebles tirados en la calle y me di cuenta de que el acuario había reventado y las cosas habían salido arrastradas», declaró un testigo a los periodistas.
Los bomberos acudieron al lugar a las 6.10 de la mañana con un centenar de efectivos, más otros 100 agentes de policía, y procedieron a evacuar a los cerca de 300 huéspedes del hotel, así como a acordonar la zona.
La mayoría de los 1.500 peces tropicales del AquaDom murieron, aunque según el diario berlinés ‘Der Tagesspiegel’, algunos ejemplares que estaban en acuarios laterales fueron recogidos y trasladados a otros puntos de la ciudad.
Según el ‘Der Tagesspiegel’ y el ‘Bild’, que citan fuentes del Ministerio del Interior berlinesas, la rotura del acuario se debió probablemente al deterioro o a la llamada «fatiga» de los materiales de la instalación, a pesar de que se sometió hace tan solo dos años a unos trabajos de renovación que tuvieron un costo de 2,6 millones de euros.