El Tribunal Nº1 de Mercedes fijó fecha para el juicio 24 de junio de 2024 el comienzo del juicio contra Ricardo Baladía por asesinar, desmembrar y arrojar al río Luján los restos de su jardinero. El hecho conmovió apenas se iban conociendo las primeras noticias durante las primeras horas del día siguiente.
Dentro de un año y medio, juzgarán en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº1 a Ricardo Baladía, un escribano que en mayo de 2020 fue descubierto por policías arrojando en el río Luján los restos mutilados de un hombre que era su jardinero. Será a casi 4 años de ocurrido el hecho.
La fecha establecida para el juicio será el 24 y 26 de junio de 2024. Baladía se encuentra preso en el penal de Olmos, acusado del delito de “homicidio simple” y adelantó que lo defenderá su abogado Luis Rappazzo.
El hecho fue particularmente macabro, uno de los homicidios más sangrientos de la década. El hombre, de 56 años en aquel entonces, fue descubierto en el momento en que descartaba un cuerpo mutilado arrojándolo al agua, a la altura del cruce de Mitre y Padre Salvaire, a 50 metros de la basílica de Luján, una zona de parrillas y lugares familiares de esparcimiento.
En el lugar, había manchas de sangre esparcidas en el suelo, partes de masa encefálica y una valija con los restos descuartizados de un ser humano. Los efectivos policiales hallaron el torso del cadáver. La cabeza, destruida a golpes, flotaba en el agua.
Baladía llegó hasta allí con su BMW modelo ‘98. Dentro el vehículo se encontró un DNI que sirvió para identificar a la víctima, Miguel Alejandro Pereyra, un jardinero de 42 años cuya casa se sitúa en Castelar, a 14 cuadras del domicilio familiar de los Baladía en Morón. Luego, se descubrió que Pereyra trabajaba para su asesino.
“Tras ser sorprendido, el acusado primero aseguró que estaba desorientado, perdido, bajo tratamiento psiquiátrico. Luego, contó una historia a los policías, algo que finalmente no validó en su indagatoria: dijo que su víctima había entrado a robarle al estudio que tiene en Morón, que le disparó para defenderse, que luego desmembró el cuerpo”, agregó.
La nota hace hincapié en el resultado de la autopsia que “derrumbó la coartada del escribano”. “El informe preliminar determinó que la víctima no murió por un disparo, sino por una puñalada de un cuchillo de filo único que afectó el corazón y los vasos vitales. Posteriormente, el cuerpo fue desmembrado con un objeto similar a un hacha, o una sierra, de acuerdo a las laceraciones encontradas”.
Al citar fuentes judiciales, devela que los forenses le dijeron a la fiscal Mariana Suárez tras la autopsia “que les llamó la atención la cantidad de lesiones post mortem detectadas y consideraron el hecho como una obra “morbosa”, que demuestra “odio” y que es producto de “una mente perturbada”.
