Steve Jobs es de esas personas que no necesitan presentaciones. Su obra ha cambiado el mundo, porque, como él mismo decía: “la gente que está tan loca como para pensar que puede cambiar el mundo, es la que realmente lo hace”.
Empezó en un garaje familiar, junto con sus amigos, a desarrollar lo que hoy en día se conoce como Apple, corporación que cerró su balance en 2019 como la segunda empresa más valiosa del mundo.
Steve Jobs y Apple cambiaron la industria de la tecnología y revolucionaron el segmento de los dispositivos móviles, de audio y de informática, con el lanzamiento del iPhone, iPad y iPod.
Lamentablemente, Steve Jobs falleció el 5 de octubre de 2011, a la edad de 56 años, como consecuencia de un paro respiratorio debido a la metástasis de cáncer de páncreas que sufría.
Hoy, a diez años de su muerte, siguen apareciendo curiosidades sobre él que muchas personas no conocen:
– Era adoptado. Nació en San Francisco en 1955. Era hijo biológico de un inmigrante sirio musulmán y una estadounidense universitaria. La pareja, a pesar de su juventud, decidió darlo en adopción a Paul Jobs, maquinista, y Clara Hagopian, ama de casa. Los padres biológicos pusieron una condición: que Steve fuera a la universidad cuando alcanzara la mayoría de edad. Los padres biológicos llegaron a casarse y tuvieron otra hija, Mona Simpson, que conocería a Steve Jobs en la edad adulta.
– Trabajó para Hewlett-Packard. Desde pequeño, Jobs siempre mostró mucho interés por la electrónica. Con 12 años se unió a un club llamado Hewlett-Packard Explorer Club y en la escuela secundaria asistía a charlas de la compañía, tras lo cual comenzó a trabajar en ella en los meses de verano. Allí pudo conocer a Steve Wozniak, con quien más adelante fundó Apple Computer Company cuando solo tenía 21 años, en el garaje de su casa de Palo Alto.
– Obsesionado por la comida sana. Steve Jobs estaba obsesionado con las manzanas, su comida favorita y el motivo por el que llamó Apple a la compañía. Muchas personas afirmaron sobre él que era adicto a las verduras y hortalizas de color verde oscuro, como el brócoli o los espárragos. Además, tuvo problemas de pigmentación de piel debido al elevado consumo que zanahorias. En 1977, según sus memorias, no comió otra cosa que no fuera fruta.
– No terminó la universidad. Steve Jobs tan solo duró seis meses en su etapa universitaria decidiendo abandonarla por cuestiones económicas, al igual que Bill Gates. Siguió asistiendo como oyente a algunas clases, entre ellas caligrafía, lo cual le sirvió como inspiración para crear más tarde las fuentes de Mac. El tiempo que no invirtió en las aulas lo pasó encerrado en el garaje con Wozniak, sentando las bases de lo que sería Apple y lo que le convertiría, unos años después, en una leyenda.
– Era disléxico. De nuevo, Steve Jobs tuvo algo en común con otro gran genio, Einstein. Era disléxico, lo que le pudo ocasionar problemas de aprendizaje debido a las dificultades de comprensión lectora. Sin embargo, esto no le impidió desarrollar su carrera en el mundo de la tecnología y convertirse en uno de los hombres más admirados a nivel mundial. No terminó una carrera universitaria, pero fue un brillante empresario.
– Ahogó un iPod. Steve Jobs es conocido por ser un hombre de excentricidades, con unos pensamientos y actuaciones insólitas. Una de ellas, es la que le llevó a ahogar el primer prototipo del iPod en un acuario que tenía en su despacho. Al sumergirlo, delante de su equipo de ingenieros, salieron burbujas de aire. Esta prueba la hizo para demostrar a su equipo que todavía quedaban huecos vacíos y que, por tanto, el dispositivo podía hacerse aún más pequeño y compacto. Apple es una de las empresas que más cuida el diseño de sus dispositivos y esto es, en gran parte, una herencia directa del genial Jobs.
Fuente: Cronicaglobal.elespanol.com