El 28 de agosto de 2002, a los 59 años, fallecía Miguel Antonio Vita. La noticia, en ese momento, causó profundo pesar en distintos ámbitos, especialmente por la calidad humana del reconocido dirigente.
Miguel tuvo una vida dedicada al servicio a la comunidad y a la solidaridad. Su don de gente y su calidad como ser humano lo llevaron a brindarse desinteresadamente a quienes lo necesitaban, principalmente en el último tramo de su vida en el que se desempeñó como director de la Secretaría de Bienestar Social de la Municipalidad de Mercedes, bajo la intendencia del doctor Julio Cesar Gioscio.
A diario en esa función se encontraba con infinidad de reclamos y problemas. Quienes desarrollamos la tarea periodística hemos sido cabales testigos de sus desvelos y preocupaciones por encontrar soluciones, aún aquellas que no estaban a su alcance o que no eran de su ámbito. No obstante, gestionaba más allá de los horarios de oficina, más allá de todo.
Miguel Vita fue taxista, militó en las filas del Justicialismo desde muy joven, fue secretario General de la Asociación de Trabajadores del Estado seccional Mercedes, concejal por el Partido Justicialista y, desde mediados de la década del 90, fue funcionario del intendente Gioscio en el terreno de la Acción Social.
Con el paso del tiempo su salud se vio quebrantada por una enfermedad terminal contra la que luchó tenazmente. Finalmente, el jueves 28 de agosto de 2002 su vida se apagó definitivamente.
Sus restos fueron velados en la casa mortuoria de calle 22 entre 35 y 37 por donde desfilaron cientos de vecinos, especialmente los más humildes, a quienes dedicó y brindó buena parte de sus días.
Durante sus exequias, compañeros de militancia y amigos le dejaron algunas expresiones de respetuoso afecto. Tal el caso de Juan Carlos Benítez, Marta López, Eduardo Cerulli y Obdulio La Placa.
Foto de portada: «Chiche» Dualde, Julio Gioscio y Migue Vita.
