Por: Lautaro Riolfo (lautaroriolfo@datoposta.com)
Ayer por la noche Club Mercedes venció a Trocha por 3 a 2 en la segunda semifinal de la Copa de la Liga Mercedina y avanzó a la final en la que definirá el título con Estudiantes el próximo lunes. Si bien fue un partido entretenido, intenso y lleno de goles, la violencia volvió a ser protagonista tanto adentro, como afuera de la cancha.
Mercedes lo ganaba 3 a 0 en sólo 20 minutos del primer tiempo, pero Trocha reaccionó y puso el 3 a 2 antes de que finalice la primera etapa. El complemento fue otro partido, más cerrado y con los ánimos que se caldeaban cada vez más, con el paso de los minutos. Hasta que se llegó al final con tres expulsados y dos situaciones lamentables.
La primera situación de la noche fue la expulsión de Pablo Montuori, delantero de Trocha. Ojeda le cometió una infracción a Germán Lucero que quedó en el piso y de pasada Montuori le pegó una trompada al jugador de Mercedes dejándolo casi nocaut. En el video se puede apreciar perfectamente el golpe del jugador de la “Carbonilla” que terminó expulsado. Se espera una sanción ejemplar del Tribunal de Disciplina.
Unos minutos más tarde, Trocha se quedaría con 9 hombres por la expulsión de Agustín Uviz que cometió una falta al lado de la platea. En esa zona, donde los plateístas de ambos equipos están mezclados, se cruzaron a golpes de puños dos personas simpatizantes de cada uno de los clubes. Hubo corridas y cada hinchada en las populares intentaron sin éxito llegar al lugar del tumulto. Si bien no pasó a mayores y no hubo que lamentar heridos, ésto repercute en la final de la Copa.
Los problemas en la platea no es la primera vez que ocurren. Es un zona donde casi nunca hay efectivos policiales y, si los hay, son pocos que no pueden contener tanta gente, sobre todo de ambas hinchadas. Ayer el operativo policial tenía ocho efectivos en todo el estadio. Ahora, por este acontecimiento, hay una exigencia para que la final tenga 12 efectivos, lo que significa un gasto muy superior para la Liga Mercedina.
Lo de ayer es un capítulo más de situaciones que se viven en el Estadio de la Liga Mercedina, pero también ocurre en otras canchas y otras categorías. Pareciera que nunca se llega a un final normal, que siempre sucederá algo más. Es lamentable que estas situaciones sigan manchando al fútbol local que, de seguir así, podría volver a jugarse sin público. Nadie quiere eso. Los partidos sin una bandera, sin hinchadas, sin cánticos y sin la familia acompañando no se pueden perder. Pero cada casillero que se avanza, son varios los que se retroceden.
No matemos al fútbol. Todos incluídos.