Desde el Centro Radical 1983 consideramos importante promover el desarrollo de Somos Buenos Aires como una expresión política que represente una alternativa democrática alejada de los extremos que hoy polarizan y empobrecen el debate público: tanto el populismo clientelar del kirchnerismo como la visión profundamente individualista y antiestatista del modelo libertario, que desprecia la noción de comunidad y promueve una lógica antiproductivista incompatible con cualquier proyecto de desarrollo nacional.
Frente al desgaste de las formas tradicionales de representación, la fragmentación del sistema político y el avance de discursos extremos que apelan más al enojo que a la propuesta, reafirmamos la necesidad de construir una opción política que convoque desde el equilibrio y el compromiso democrático.
Apostamos a una propuesta que recupere los valores del republicanismo, el respeto institucional, la igualdad de oportunidades y el desarrollo con justicia social, pero sin dogmatismos ni políticas regresivas que agravan las desigualdades sociales.
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Rechazamos también todo tipo de candidaturas testimoniales presentadas en la provincia de Buenos Aires, que constituyen una forma de engaño a la ciudadanía. Este tipo de prácticas, solo sirven para profundizan el descreimiento social y debilitan las bases de la representación democrática.