Hace tres años, el 18 de febrero de 2020, dejaba de existir un hombre que, excavando en lo más profundo de las entrañas de nuestra ciudad puso a Mercedes en el mapa del mundo, siendo el principal impulsor de la paleontología de vertebrados del Mesozoico en América del Sur.

Jose Fernando Bonaparte nació en junio de 1928 en Rosario, hijo de Héctor Elías Bonaparte Lacroix y Margarita Ibarrola. Su padre era comerciante viajero (también se dice que fue marinero). Luego de vivir en distintas ciudades del país su familia se instaló en 1939 en la ciudad de Mercedes, por lo que se lo consideró siempre un mercedino más.
Con poco más de diez años conoció a Andrés Canessa y su colección de fósiles de mamíferos del Pleistoceno. Don Andrés era un reconocido naturalista que trabajó junto a Francisco P. Moreno, Florentino y Carlos Ameghino y Clemente Onelli, entre otros, y fue catalizador para que la búsqueda de fósiles en las barrancas del Río Luján y aledaños fuera la nueva actividad del joven Bonaparte.
Su pasión por la antropología lo llevó a conformar una colección de restos fósiles encontrados a la vera del Río Luján y en los acantilados de Monte Hermoso y con sólo 19 años, el 26 de octubre de 1947, sentó las bases en Mercedes del Museo Popular de Ciencias Naturales Carlos Ameghino junto a Italo y Octimio Landi, Albor Ungaro, Aníbal Cueto, Juan Arnaldo Pisano y Rodolfo Capaccio, en donde expuso sus hallazgos.

En asociación con otros museos regionales, como el de Luján, con José A. Mignone y el de San Antonio de Areco,con Carlos Merti, realizaron viajes de campo, reuniones científicas y publicaciones locales, además de un importante intercambio epistolar con paleontólogos de importantes instituciones argentinas y del extranjero.

En 1958 se incorporó al recién formado laboratorio de Vertebrados Fósiles del Instituto Miguel Lillo de Tucumán y si bien Bonaparte no había tenido educación formal, sus publicaciones le permitieron ingresar a la carrera de Investigador Científico y Tecnológico del CONICET en 1963. En 1974 obtuvo el título de doctor Honoris Causa por sus investigaciones sobre la fauna triásica, lo que lo habilitó a ejercer como profesor titular de Paleozoología y director de la sección de Paleovertebrados de la Universidad Nacional de Tucumán.

Realizó estudios en el Museum of Comparative Zoology de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), en el British Museum (Londres, Inglaterra), en el Inst. Paleontologie de París (Francia), en el Museum für Naturkunde (Berlín, Alemania) y en la Universidad Autónoma de Madrid (España), entre otras instituciones.
En 1978 se trasladó a Buenos Aires, donde estuvo a cargo de la sección Paleontología de Vertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia hasta su jubilación en 2004.

Realizó numerosas reproducciones de dinosaurios argentinos que se exponen en los principales museos del mundo y en exposiciones itinerantes de dinosaurios y otros reptiles mesozoicos de Argentina, que han dado la vuelta al mundo desde los años ‘90. En esta línea, supo conjugar también la escritura de varios libros de divulgación que relatan sus descubrimientos y son una fuente documental de la revolución que estos hallazgos produjeron en el conocimiento de la fauna del Mesozoico de América del Sur.
Luego de un corto plazo en el Instituto de Neurobiología de Buenos Aires y la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, volvió a Mercedes en 2007, donde continuó su labor desde el museo que él fundó y, en sus últimos años, desde su propia casa.

Su legado científico incluye más de 150 contribuciones, siete libros, el descubrimiento de numerosas localidades mesozoicas hoy clásicas en Argentina y Brasil, y el reconocimiento de aproximadamente 70 especies nuevas de vertebrados fósiles, la mayoría de ellas aún válidas.
Además de la descripción de nuevas especies, Bonaparte desarrolló importantes interpretaciones sobre el aparato locomotor de los arcosaurios y el origen de los dinosaurios, la evolución de la complejidad vertebral entre los dinosaurios saurópodos, el origen de los mamíferos y su diversificación en el Cretácico, y la biogeografía del Mesozoico, reconociendo las faunas laurásicas y gondwánicas, así como otras interpretaciones bioestratigráficas y paleoecológicas de los variados grupos taxonómicos que estudió. Las colecciones paleontológicas generadas por él y su equipo fueron y son aún la base de numerosos estudios, incluso tesis doctorales, y constituyen una referencia obligada para los estudiosos de las faunas de vertebrados del Mesozoico de Gondwana.
Bonaparte recibió numerosas distinciones por su trayectoria, como el Arnold Guyot Memorial Award de la National Geographic Society (1989), el Forschungspreisträger de la Fundación Alexander von Humboldt (1992), el Premio Konex (1993), el Premio Ángel Cabrera de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1994), el Premio al Mérito Paleontológico de la Asociación Paleontológica Argentina (1996), la Medalla Romer-Simpson de la Society of Vertebrate Paleontology (2008) y el nombramiento de Personalidad Destacada de la provincia de Buenos Aires (2012), entre muchos otros.
Estos han sido algunos de los descubrimientos de Bonaparte que revolucionaron la historia paleontológica sudamericana:
- Abelisaurus comahuensis (1985, con Novas), un carnívoro terópodo, como el Allosaurus
- Agustinia ligabuei (1998, anteriormente Augustia), un saurópodo como el Brachiosaurus con placas espinales como el Stegosaurus
- Alvarezsaurus calvoi (1991), el original y más primitivo miembro de la enigmática y difícil de clasificar familia de proto-aves alvarezsáuridos
- Amargasaurus cazaui (1991, con Salgado), un dicraeosáurido como el Dicraeosaurus, con espinas (y posiblemente una vela) a lo largo del lomo
- Andesaurus delgadoi (1991, con Calvo), un tiranosáurido y uno de los más grandes dinosaurios
- Argentinosaurus huinculensis (1993, con Coria), un titanosáurido y el mayor dinosaurio conocido hasta el presente (2006)
- Argyrosaurus superbus (1984), un titanosáurido y uno de los más grandes dinosaurios
- Carnotaurus sastrei (1985), un terópodo carnívoro con cuernos
- Coloradisaurus brevis (1978, anteriormente Coloradia), un sauropodomorpha del triásico temprano
- Guaibasaurus candelariensis (1998, con Ferigolo), un primitivo terópodo
- Kritosaurus australis (1984, con Frenchi, Powell y Sepúlveda), el dinosaurio sudamericano pico de pato (hadrosáurido) mejor conocido hasta el presente (2006)
- Lapparentosaurus madagascariensis (1986), un saurópodo
- Ligabueino andesi (1996), un ceratosáurido con garras posteriores del tipo del Deinonychus
- Mussaurus patagonicus (1979, con Vince), un temprano (Triásico) sauropodomorpha conocido solo por los huevos y pequeños cráneos de crías
- Noasaurus leali (1980, con Powell), otro ceratosáurido con garras traseras del tipo del Deinonychus
- Piatnitzkysaurus floresi (1979), un tetanuran terópodo
- Rayososaurus agrioensis (1996), un Rebbachisauridae saurópodo
- Riojasaurus incertus (1969), un temprano (Triásico) sauropodomorpha
- Saltasaurus loricatus (1980, con Powell), un titanosáurido blindado
- Velocisaurus unicus (1991), un ceratosáurido sumamente apto para la velocidad
- Volkheimeria chubutensis (1979), un saurópodo
- Ligabuesaurus leanzai (2006), un saurópodo
Bonaparte también descubrió un número importante de arcosaurios, entre ellos el Pterodaustro (1970), un pterosaurio filtrador.
Asimismo asistió profesionalmente a sus colegas en el estudio de otros dinosaurios, como Gigantosaurus carolinii.
Fuentes: Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales, Jose F. Bonaparte: un símbolo en el estudio de los tetrápodos del mesozoico de Gondwana, Agustín G. Martinelli y Analía M. Forasiepi / Fundación Konex / Wikipedia