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sábado, noviembre 22, 2025

BREVES HISTORIAS DE MERCEDES: BARRIO DEL HOSPITAL

El barrio del Hospital, tan antiguo como reducido en manzanas, se encontraba emplazado entre los barrios Del Sapo y de la Estación. Encerraba en sus pocas manzanas, sin embargo, algunas circunstancias sugestivas y otras hasta históricas. Siempre marcó su destino o quehacer entre dos notas predominantes: la plaza Belgrano y el nosocomio mismo.

Un antiguo jefe de Archivo de los Tribunales, don Tulio Ortiz, encontró entre la viejísima documentación, un gráfico muy ilustrativo. A traves de este se puede saber que antiguamente la plaza Belgrano era llamada «Plaza de la Cruz», lugar donde, en el año 1868, fuera fusilado Lorenzo Tercier, convicto y confeso homicida.

También conocida como «Plaza de los Fusilados», se tiene entendido que en su emplazamiento fueron pasados por las armas, desde 1822 en adelante, tres o cuatro individuos, incluído Tercier.

Frente a la esquina noroeste de la plaza, haciendo cruz con la antigua panadería de Paoletta (en 12 y 35), había un viejo cañón sobre la vereda del Hospital, que hoy en día puede verse como elemento decorativo en el Tiro Federal.

Antiguo edificio del Tiro Federal

Otro detalle curioso del lugar: haciendo cruz con la plaza y frente al Hospital, sobre la calle 35, había una manzana íntegra sin ninguna casa-habitación. Estaba poblada por grandes eucaliptus. Aquellos gigantes, con el transcurso de los años, han ido cayendo para dar sitio a numerosas casas.

Frente a esta manzana, cruzando las vías, un ombú monumental, quizás el ejemplar más hermoso que vió Mercedes, se alzaba junto a la entrada de la casaquinta de la familia Miranda, en una callecita cortada a la que se tenía acceso por la calle 4.

A unos trescientos metros de la plaza, a espaldas del Hospital (terreno que fuera de la Escuela de Artes y Oficios) se levantaban las cruces del segundo cementerio de Mercedes. Se accedía a él a traves de dos entradas: una ubicaba sobre la calle 6 y otra sobre la antigua ruta 5, que fuera utilizada como viejo camino de tropas con destino a Chivilcoy y 25 de Mayo.

En el pasado, este barrio tuvo una industria muy importante. Nos referimos a la tahoma de Casaretto (molino de harina movido mediante animales de tiro). Se ubicaba en 10 y 37 y actualmente una réplica de su rudimentario mecanismo puede verse en el patio del Museo del Transporte de Luján.

Réplica de la Tahona de Casaretto

Otra industria importante del pasado fue la fideería de don Bautista Tamagno, que se encontraba en 14 y 31 y por esta última se prolongaba largamente. El producto, que tenía sitios especiamente construídos para su secado, era de primerísima calidad y había ganado sólidos mercados fuera de Mercedes, inclusive en la Capital Federal.

Luego, en 12 y 33 el almacén al por mayor de don Bautista Devoto, tenía gran tradición en el barrio y fuera de él.

Otros tres puntos icónicos eran la panadería de don Eugenio Paoletta (en 12 y 35), que anteriormente fuera de Zerbini, la forrajería de don Alejandro Silvestre (en 35 e/12 y 14) y el restaurante de Iturbe (en 14 y 35).

El barrio también tuvo su cinematógrafo. Estaba en la calle 31 e/12 y 14 y era propiedad de los Rebagliatti, familia muy característica de entonces.

En 31 e/10 y 12 había una yesería, que en aquellos tiempos era de gran significación para la realización de decoración ornamental de interiores y exteriores. Los yeseros eran verdaderos artistas y destacaban los dueños del lugar, Arturo y Carlos Cermoni.

En 12 e/31 y 33 tenían, a su vez, su fragua y demás elementos de herrería los Giollo (padre y varios hijos). Era una de las pocas casas de ésta índole que se ocupaba del herraje de bueyes y caballos. Posteriormente, los Giollo trasladarían su local frente a la plaza, en 14 e/33 y 35, compartiendo cuadra con la cochería de don Casimiro Abinal.

Andando el tiempo, con los años, en la manzana delimitada por las calles 12, 33, 35 y las vías del ferrocarril San Martín, el químico-farmecéutico y empresario don Blas Lorenzo Dubarry – considerado hijo pródigo de Mercedes y pionero en la industria de la perfumería – con poderosas empresas en el país, mandó construir el monobloque ocupado por el Hospital, que al ser inaugurado tomó el nombre del donante, que había fallecido un año antes.

Hospital Blas Dubarry

Dubarry, que formaba parte de la cooperadora del antiguo Hospital de Caridad de la ciudad, con su propio dinero impulsó la construcción del nuevo edificio, que se inauguró en el año 1941.

Hospital de Caridad

En aquel entonces el nosocomio contaba con 135 camas e instalaciones que se mantienen según el diseño original: dos alas de internación y cuatro pisos que luego fueron ampliados.

Anduvieron por este barrio los Cozzi, los Monza, los Devoto, los Paoletta, los Silvestre, los Casey, dueños de la antigua estación de servicio de calles 20 y 33, los Rementería, los Lértora, dueños de una conocida carnicería que se alzaba en calles 14 y 37, Giachino, Saavedra, Besozzi, Aguirre, Riego, Abinal, Ferreiro, Rebagliatti, Fiorelli, Devincenze, Villafañe, quien supo tener una cantina en 14 y 31, Rudoni, Bavagnoli, Fassano, Ortiz, Costa, Vanerio, Barreneche, Lossino, Redolfi, Fernández, Bria, Bronetti, Monetti, Cariola, Tamagno, Puricelli, la poetiza Blanca Alicia Casas, que vivió en 10 y 31, Lucía, Romano, Bena y Matta.

Fuente: «La Sangre en las Esquinas», Raul Ortelli

Fotografías: Mercedes en el Recuerdo

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