El reciente deceso del Papa Francisco ha teñido de solemnidad el panorama global, un evento que tradicionalmente evoca sentimientos de pérdida en la comunidad católica. Mientras las plegarias de los fieles ascienden, una corriente paralela revive las intrigantes profecías de Nostradamus, cuyo lenguaje enigmático siempre genera expectación.

La despedida del Sumo Pontífice se vive entre el recogimiento y la incertidumbre sobre el futuro de la Iglesia. Tras el pontificado de uno de sus líderes más transformadores, la pregunta sobre su sucesor resuena con fuerza.
Más allá de los rituales del cónclave, la curiosidad mundial se vuelca hacia antiguas predicciones. En este contexto, una teoría particularmente inquietante de Nostradamus resurge con renovado interés, especialmente para aquellos que ven en sus escritos presagios ya cumplidos.
La Profecía de Nostradamus en la actualidad
La teoría de Nostradamus que hoy capta la atención se centra en la idea del fin del mundo. En su libro profético, anticipó una secuencia de Papas:
Primero vendrá un Papa extranjero, luego un Papa viejo y, finalmente, un Papa negro, y con él, el fin del mundo”
La naturaleza críptica de sus predicciones permite diversas interpretaciones.

Una lectura común identifica al «Papa extranjero» con Benedicto XVI y al «Papa viejo» con Francisco. De ser así, el próximo Papa, cuya elección está por comenzar, sería el último antes de un cataclismo.
Otra interpretación considera a Francisco como el «Papa Negro», un apelativo informal para el Superior General de la Compañía de Jesús, orden a la que perteneció. Este título alude a la sotana oscura de los jesuitas y su influencia dentro de la Iglesia. Bajo esta perspectiva, Benedicto habría sido el «Papa viejo» y Juan Pablo II el «Papa extranjero».
Sin embargo, no todas las interpretaciones son apocalípticas. Algunas lecturas sugieren que el «fin del mundo» al que se refiere Nostradamus podría simbolizar un colapso institucional de la Iglesia, más que una destrucción literal de la humanidad.
La profecía de Nostradamus que describe al próximo líder de la Iglesia como el preludio de su declive resuena con particular intensidad:
No será el romano pontífice elegido, ni cerca ni lejos se le prestará atención. Un joven de piel oscura con la ayuda del gran rey entregará la bolsa a otro de color rojo.
Este pasaje se ha interpretado como la predicción de un líder eclesiástico de ideas transformadoras, potencialmente generador de una división profunda en el seno del catolicismo. Ciertas interpretaciones sugieren que su liderazgo podría señalar el ocaso de la Iglesia en su forma actual.
Posibles sucesores al Trono de San Pedro
El nombre del nuevo Papa emergerá tras la conclusión del cónclave, el proceso electivo que involucra a cardenales de todo el mundo. No obstante, ya circulan algunas especulaciones sobre posibles candidatos.
Considerando la profecía de Nostradamus, dos nombres sobresalen:
- el cardenal ghanés Peter Turkson, de 76 años,
- y el prelado católico guineano Robert Sarah, de 79 años.
A pesar de estas conjeturas, la incertidumbre prevalece hasta el final del proceso de elección.
Al margen de la teoría de Nostradamus, el cardenal húngaro Peter Erdo se perfila como un candidato sólido dentro del ala conservadora. Otros nombres que se mencionan incluyen al arzobispo de Bolonia, el italiano Matteo Zuppi; el maltés Mario Grech; y el camarlengo irlandés Kevin Farrell, designado por Francisco para desempeñar un papel crucial en la transición.