La fecha de hoy, tomando en cuenta cada cifra del día, mes y año, convierte a esta jornada en la única realmente capicúa de los 365 que integran el 2022
Los cabuleros aman estos juegos de números que pueden realizarse con el día, el mes y el año para establecer cuando se trata de una fecha capicúa, es decir que se lee igual de adelante para atrás, que viceversa.
Hoy es una de esas jornadas, y de hecho la única del 2022, si se toma el día con dos cifras, el mes con otras dos y al año se le asignan las cuatro cifras que lo integran.
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22-02-2022 es idéntico ya sea que se comience de izquierda a derecha que si se hace de derecha izquierda.
Claro que los amantes de asignarles valor sobrenatural a estas casualidades ya intentaron celebrar como capicúa al 2-2-22, hace exactamente 20 días atrás.
Sin embargo esa lectura tomaba en cuenta la «abreviatura» que se realiza muchas veces en el lenguaje coloquial, quitándole las dos cifras al día y al mes, reemplazándola por un número solo (sin el cero adelante), y escribiendo el año con nada más que las dos últimas cifras, de «unidad y decena», como suele utilizarse, quitando la mención del siglo (centena) y el milenio (unidad de mil).
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Por esta razón, técnicamente, hoy es la unica jornada absoluta e indudablemente capicúa que habrá en 2022, como lo fue el 12-02-2021, del año pasado que también asignaba dos cifras al día y mes, y cuatro al año.
Además, hasta dentro de una década no habrá otro día igual.
Este juego de cifras que involucra día, mes y año completos solo ocurre treinta veces en un siglo.
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Además, esta jornada tiene una mayor relevancia porque es la última de esta década, dado que hasta el año 2030 no volverá a suceder este fenómeno.
Después de este 22 de febrero, todavía quedan 21 días que serán capicúa en lo que resta del siglo.
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ORIGEN DEL TÉRMINO CAPICÚA
No suelen ser demasiadas las palabras heredadas directamente del idioma catalán, una de las varias lenguas que se hablan en España, y que estuvo prohibida durante los 40 años del dictador Francisco Franco. Desglosando el vocablo viene de Cap, que en ese idioma hablado casi exclusivamente en Catalunia, significa cabeza, y (i), Cúa, que quiere decir cola.
En los mayores idiomas del mundo no tiene traducción, es decir que todos la adoptan del mismo modo que se escribe en su lengua madre, a lo sumo quitándole el acento ortográfico.
Históricamente se dijo que lo capicúa suele traer buena fortuna, por eso los argentinos mayores recordarán que cuando el colectivo otorgaba boletos numerado al subir, y pagar el pasaje en la misma unidad, todos los usuarios solían conservarlo si la cifra impresa podía leerse igual de atrás para adelante, que a la inversa.
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SU CORRELATO EN LETRAS: PALÍNDROMO
También los amantes de estas ‘casualidades’ festejan las palabras que poseen este «don» de su reversibilidad, a las que se las denomina palíndromo, un término griego que define la misma lógica del capicúa, es decir poder leerse de izquierda a derecha igual que de derecha a izquierda.
La provincia argentina Neuquén es un caso dado habitualmente como ejemplo.
Sin embargo no sólo se remite a términos específicos sino también a frases.
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El ejemplo clásico que recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es: «Dábale arroz a la zorra el abad».
Pero hay muchas, muchísimas más: ‘Somos o no somos’, ‘Isaac no ronca así’, ‘Sé verlas al revés’, ‘Amó la paloma’, ‘Anita lava la tina’, ‘Luz azul’, ‘Yo hago yoga hoy’, ‘Ana lava lana’.




















