Hoy compartiremos otro de los exquisitos relatos de Andrés Monferrand, y con este, los recuerdos volarán hacia diferentes destinos y lugares en que cada uno recuerda a Toti Potes.
Nadie sabía con certeza qué hacía Toti Potes, pero quién lo recuerda, lo hace con una sonrisa. Es casi una regla. Y todos los recuerdan en distintos lugares, y con actividades diferentes, unas de otra. Pero quienes lo conocieron, saben que «Toti», sabía. Y sabía mucho.
Siempre vestido de blanco. Nunca dejó de llamar la atención con sólo verlo.
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