Por: Débora Lacasa*
Acceder a los lugares de poder para gobernar, debería tener un objetivo claro, y su ejercicio debería ser en función de beneficiar a quienes más lo necesitan, y no de satisfacer los egos o cuidar la propia situación judicial de los políticos.
Hoy somos testigos de un gobierno que se rasga las vestiduras frente a los fallos de la Corte Suprema que impide la re-reeleccion de dos gobernadores, en Tucumán y en San Juan, algo expresamente prohibido en sus constituciones. Esto siendo que en el año 2019 aplaudieron idéntico fallo, pero para la provincia de Río Negro, cuando el beneficiario fue el actual ministro Soria (Todos) y el perjudicado era Weretilneck (Juntos).
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Éste gobierno permanentemente utiliza la doble vara para medir a la justicia y a la Corte Suprema según sus fallos sean afines a sus propios intereses, o no. Allí depositan toda su energía, en lugar de oír el llamado desesperado de los vecinos del Conurbano que todos los días son golpeados, amenazados, o baleados, como el colectivero, o las mujeres del Barrio La Antena de la Matanza, terruño de la Vice Gobernadora Verónica Magario, quienes piden por favor que impidan a los narcos instalar allí la cocina de paco que ya tienen prevista. Todos ellos hacen oídos sordos a las problemáticas reales de los ciudadanos. Problemáticas reales, cómo la pobreza, la inflación, la inseguridad que nos atraviesan cómo sociedad, y las cuales no están siendo resueltas por quienes tienen dicha responsabilidad.
Por ello le pedimos al gobierno nacional que respete la división de poderes y cumpla con la Constitución. Los regímenes democráticos republicanos establecen la división de poderes para evitar las desmesuras que ocurren cuando el mismo se concentra en forma despótica como ocurre en los gobiernos absolutistas. Las expresiones del arco oficialista, el Presidente, los representantes de La Cámpora, etc. arrojan serias dudas acerca de sus convicciones democráticas y se acercan peligrosamente a conceptos dictatoriales que tanto nos costó como sociedad superar. El camino es la alternancia para que los gobernadores no se conviertan en caudillos feudales que tratan a su pueblo como vasallos.
La democracia no es sólo la libertad de elegir si no también de poder ser elegidos, por eso nadie debe perpetuarse en el poder.
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*: Débora Lacasa es concejal por la UCR en Juntos
