En el marco de la guerra por las Islas Malvinas y como respuesta al ataque contra el «ARA Gral. Belgrano» que devino en su hundimiento el 2 de mayo de 1982, la aviación naval argentina hizo tronar el escarmiento pocos días después, hundiendo el «HMS Sheffield», buque insignia de la flota imperial británica, con el poder de un misil Exocet.
La Armada Real perdía así su primer buque, junto con su cargamento nuclear (situación que aún sigue siendo negada por Gran Bretaña).
Este hundimiento implica que el Atlántico Sur contenga en su lecho marítimo material radiactivo.
Sin bien el misil Exocet no logró explotar su carga, bastó que su impacto provocara un incendio que jamás pudo ser controlado y terminara siendo imposible remolcar el buque, perdiendo la valiosa carga nuclear que llevaba.
Luego de las primeras horas del impacto, los diarios británicos y el ministerio de Defensa inglés, informaban al menos 40 muertos. Tras el paso de los días, esa cifra fue variando y, en definitiva, no se pudo acceder jamás a los datos reales. Actualmente las cifras oficiales indican que 21 hombres perecieron en el ataque al Sheffield.
Operando desde su base en Río Grande, el 4 de mayo de 1982, los 10 pilotos argentinos, que eran los únicos en el país entrenados para los vuelos de los aviones «Super Etendard», pertenecientes a la segunda escuadrilla Naval de Caza y Combate, perpetraron un demoledor ataque al destructor HMS Sheffield, el cual se terminaría hundiendo, finalmente, el 10 de mayo.
Fuente: El Malvinense