Hoy, 4 de enero, tiene lugar el “Día Mundial de la Hipnosis”, una jornada curiosa que parece tener un amplio apoyo por parte de los colectivos de hipnotizadores.
Tanto es así que incluso un individuo hace algunos años se propuso batir un record Guinness provocando un estado de trance online masivo, a través de Facebook y Twitter. Otro año, a la misma hora y del mismo modo, hizo una sesión de hipnosis para perder peso.
La hipnosis es un estado mental o un grupo de actitudes generadas a través de una disciplina llamada hipnotismo. Usualmente, se compone de una serie de instrucciones y sugestiones preliminares. Dichas sugestiones pueden ser generadas por un hipnotizador o pueden ser autoinducidas (autosugestión).
A continuación algunos mitos de la hipnosis:
– El sujeto hipnotizado es altamente sugestionable y puede hacer todo lo que le ordene el hipnotizador
La sugestión es una parte del proceso hipnótico, a la que se llega tras la fase de inducción, y a esta fase se puede acceder de modos muy diversos: por un objeto al que se le atribuye un poder hipnógeno como un reloj, por una mímica sugestiva o por un simple golpe de efecto como una palmada seguida de la palabra “sueño” que provoque en el individuo hipnotizable una interrupción de patrón y le haga entrar en estado de trance.
La sugestión no requiere ni siquiera la presencia del sugestionador; como ocurre en los casos de autosugestión, o en las hipnotizaciones a distancia por medio de una grabación o por medio del teléfono.
Es la fase de sugestión es dónde se le dan al hipnotizado una serie de “sugerencias” como su nombre bien indica, para que haga, sienta o perciba lo que el hipnotizador le dice.
Pero en ningún caso la sugestión podrá lograr que el sujeto haga cosas contrarias a su código ético o contrarias a las leyes de la naturaleza. No se puede conseguir que una persona vuele o anule la ley de la gravedad, como tampoco que levante un peso para el que físicamente no está preparado para soportar.
Lo más frecuente es que las sugestiones influyan sobre aspectos que de modo consciente no somos capaces de influir, como la digestión, la respiración, la temperatura corporal, etc. y también sobre la mente, potenciando factores psíquicos como la imaginación, la percepción sensorial o incrementando la memoria.
– La hipnosis consigue resultados poco menos que mágicos en el hipnotizado
Otra creencia a veces bastante extendida es que la hipnosis es una terapia (hipnoterapia), muy útil, rápida y eficaz, que no exige ningún esfuerzo por parte del paciente para cambiar de comportamiento.
La hipnosis no es una terapia en sí, sino una técnica que facilita el resultado de una intervención. Como otras formas de usar la sugestión, puede acelerar el tratamiento, disminuyendo el esfuerzo subjetivo de la persona. No obstante, el paciente debe implicarse activamente en el tratamiento para obtener los beneficios perseguidos.
La hipnosis es sólo una de las muchas herramientas de trabajo que el psicólogo o médico puede utilizar dentro del contexto terapéutico, si lo cree oportuno. La hipnosis no “cura” nada por sí misma, y nadie puede resolver con hipnosis aquello que no esté preparado para resolver sin hipnosis.
– Bajo estado hipnótico se puede acceder a vidas pasadas o contactar con personas fallecidas
Los fenómenos extraordinarios hipnóticos, acceso a vidas pasadas y otros hechos fuera de lo normal que a veces se describen como ocurridos bajo estado hipnótico, realmente no han sido comprobados por la ciencia, y ante ellos debemos guardar una cierta reserva cuanto menos.
El hecho de recordar vidas pasadas, hablar lenguas desconocidas u otros hechos paranormales intrahipnóticos aún sin negar la posibilidad de que hayan ocurrido en determinadas circunstancias, no es algo que sea fácil que suceda de modo habitual y hay aún mucho que averiguar sobre su génesis antes de emitir un juicio con suficiente validez científica.
– La persona que entra en trance profundo no recuerda nada luego
Es cierto que puede darse en ciertas ocasiones una amnesia de lo sucedido durante el trance, bien bajo una orden del hipnotizador o de forma espontánea.
De todos modos no es algo que suceda de forma habitual salvo que se acceda a recuerdos traumáticos que estaban olvidados y que el inconsciente prefiere, para el beneficio de la persona, dejar en la zona no accesible desde la conciencia.
Sí es muy frecuente en cambio que ocurra una distorsión temporal, ya que el sujeto durante el trance tiene la percepción de que pasa mucho menos tiempo del que pasa en la realidad.
Así cuando al terminar el proceso de trance abre los ojos y mira el reloj, tiene la sensación de que ha pasado mucho más tiempo de lo que pensaba: eso es una característica del estado de trance.
– Puede suceder que el hipnotizado se quede para siempre en estado hipnótico
Uno de los mitos más extendidos, es el temor a no poderse despertar, algo absolutamente infundado ya que lo único que puede suceder, y de hecho puede ocurrir fácilmente, es que el hipnotizado entre en un sueño fisiológico, del que despertará del mismo modo que despierta cada mañana tras el sueño nocturno.
– El hipnotizado incluso fuera de la hipnosis, está por completo a la orden del hipnotizador
Muy frecuente también es el temor a caer bajo la influencia y poder del hipnotizador.
En ningún caso esto es posible, salvo que la persona hipnotizada lo consienta o sea algo que realmente desea hacer, ya que si el hipnotizador trata de inculcar una sugestión contraria al código ético del hipnotizado, éste directamente saldrá del trance y manifestará su disconformidad ante la orden expresada.
No obstante es cierto que la confianza en la persona con la que se está trabajando facilita mucho el rapport (fenómeno en el que dos o más personas sienten que están en “sintonía” psicológica y emocional, porque se sienten similares o se relacionan bien entre sí) y por ello mejora los beneficios obtenidos de la terapia con hipnosis, por lo tanto es conveniente siempre tener la certeza de que el hipnotizador es una persona honrada y con experiencia profesional acreditada.
Otro mito que la gente suele tener es que el hipnotizador debe tener una serie de poderes. Tampoco es cierto. A hipnotizar se aprende como se aprende a conducir.
– Hay personas a las que no se les puede hipnotizar
Otro mito es que hay personas “no hipnotizables”. Podemos decir que en condiciones normales prácticamente todas las personas son susceptibles de poder acceder a un estado hipnótico, salvo que tengan alguna condición mental que lo desaconseje, como es el caso de la esquizofrenia.
Es cierto sin embargo, que no todas las personas tienen la misma facilidad para entrar en hipnosis, pero contrariamente a lo habitualmente creído, son las personas más intelectuales y más dadas a trabajar con la mente, las que más fácilmente entran en trance.
Fuentes: himajina.blogspot.com / Wikipedia / Divulgación Dináminca (The Education Club)