La lista de trastornos de comportamiento que existen es tan larga y extensa como la de las personas que pueden desarrollarlos. Muchos de ellos conviven entre nosotros y pasan desapercibidos por su naturalidad, pero si se les pone nombre y se detectan sus síntomas seguro que nos sentiremos identificados con más de uno o los hemos visto, habitualmente, en personas a nuestro alrededor.
Como curiosidad del día, hoy presentamos algunos trastornos que puede ser que estemos sufriendo y que probablemente no conocíamos… hasta ahora:
– Dysania: ¿Siente que le cuesta mucho despertarte por las mañanas?. La dysania es poco conocida. No se refiere al hecho de que sea un dormilón o un perezoso, sino que, dysania, es el término que da explicación a la condición o estado en el que no se es capaz de levantarse de la cama o, la dificultad extrema para hacerlo. El no querer levantarse por las mañanas no está mal, darle a la alarma del reloj una oportunidad más de sonar dentro de cinco minutos tampoco, pero lo que sí está mal o se puede estar convirtiendo en un problema es el hecho de que, a pesar de las responsabilidades que se tenga, se siga haciendo una y otra vez todos los días. La dysania es comúnmente considerada una alteración del sueño y es un comportamiento que podría asociarse a personas que padecen un trastorno depresivo mayor. El tiempo que tarda nuestro cerebro en estar al 100 % de su capacidad habitual es de diez minutos. Si se tarda media hora o más en ponerse en alerta podría ser síntoma de dysania.
– Onicofagia: las personas que tienden a morderse las uñas hasta el punto de quedarse sin ellas padecen de onicofagia. Para algunos, el hábito de morderse las uñas es sólo una mala costumbre que se puede evitar, mientras que para quienes sufren este trastorno puede llegar a ser un impulso incontrolable. Muchas de las personas que lo padecen no son conscientes de ello porque normalizan el hecho hasta que sienten dolor.
– Ailuromanía y cinomanía: son los trastornos más comunes en nuestra sociedad. El primero hace referencia al amor por los gatos y el segundo por los perros. Y es que, ver publicaciones en redes sociales dedicadas a mascotas se ha convertido en algo habitual. Están los que se ponen de foto perfil una de sus animales, los que saludan a toda mascota que se encuentran por la calle e, incluso, los que hablan con ellos. Lo que para el resto de seres humanos se trata de actitudes incomprensibles, para los declarados aliuromaníacos o cinomaníacos es normal.
– Aritmomanía: si usted es de los que sube escaleras contando todos los escalones o de los que cuenta los coches de un determinado modelo cada vez que se va de viaje, es problable que sea un aritmomaníaco. La aritmomanía es un tipo de TOC que está relacionado con contar constantemente o asociarlo todo a los números mediante cálculos matemáticos, evitar ciertos números, etc. Es un trastorno que limita bastante a las personas que lo padecen. Para algunos contar es una actividad obsesiva. Éstos individuos sufren desorden obsesivo-compulsivo numérico o aritmomanía, una obsesión patológica que consiste en la necesidad de hacer continuos cálculos mentales y de regular toda actividad por números. Tienen hábitos como contar todos los objetos que les rodean, sus pasos, las palabras de un texto, las letras de una palabra, etc.
– Onomatomanía: ¿Cuántas veces no le ha venido a la cabeza la palabra a la que se quería referir?. Ese sentimiento de impotencia, de tenerlo en la punta de la lengua, pero no hay caso… Para algunas personas esta situación se repite continuamente, generando frustración por encontrar la palabra apropiada para describir algo. Esto se llama onomatomanía. También se le han atribuido otros significados como ser el miedo irracional a una palabra concreta. Es, asímismo, la búsqueda obsesiva del significado de las palabras o la obsesión por los nombres.
– Forunculofilia: las ganas irrefrenables de reventar puntos negros o espinillas o la adicción a ver videos de gente pellizcándose son síntomas de forunculofilia. Su significado representa el amor por los granos, propios o ajenos, hasta el punto de no poder esperar a sacarlos.
– Querofobia: parece difícil de creer, pero existen personas con un miedo genuino a ser felices. Estas personas creen que después de vivir eventos de felicidad pasará algo trágico y desarrollan una teoría de que la felicidad no es duradera ni positiva. Es así como crean el miedo a la felicidad, con la justificación de auto protegerse de que algo malo o negativo les suceda. Las personas que experimentan la querofobia insistentemente piensan cómo una situación de felicidad puede convertirse en infelicidad, y así empiezan a apartarse no solo de eventos, sino también de personas y lugares que podrían disfrutar. Las razones de este trastorno podrían tener un trasfondo cultural. En algunas culturas orientales se concibe la felicidad como algo que puede atraer a su contrario, un pensamiento que ha viajado hasta occidente junto el tan popular karma. Otra creencia de los querofóbicos es que la felicidad puede llegar a convertirle en una mala persona.
Fuentes: Elmundo.es / Psiquion.com / Psiquiatria.com / Psicopedia.org