El general José Francisco de San Martín y Matorras nació en una ex misión jesuítica en Yapeyú, Virreinato del Río de la Plata (en esas épocas), el 25 de febrero de 1778.
Fue un soltero codiciado, hablaba a la perfección varios idiomas y sabía tocar la guitarra, entre otras virtudes.
Dejando un poco de lado los sucesos históricos que convirtieron a este hombre en el «padre de la patria», en esta nota conoceremos algunos datos curiosos sobre su vida que, probablemente, resultan poco conocidos para el común de los lectores.
– Niño soldado. Su vida como revolucionario comenzó cuando tenía tan solo 13 años. Al día siguiente de que estallara la Revolución Francesa, ingresó como cadete al Regimiento de Infantería de Murcia, perteneciente al ejército español. Dos años después se fue a luchar a Argelia.
– Cuando regresó a Buenos Aires, San Martín fundó una sociedad revolucionaria secreta llamada Logia Lautaro, que luchaba por la independencia.
– Antes de cruzar la cordillera, San Martín se reunió con caciques pehuenches y les solicitó permiso para atravesar sus territorios, porque creía que ellos eran los dueños de este país.
– Era un soltero codiciado. Las familias porteñas lo invitaban a comer a sus casas porque creían que era un buen candidato para sus hijas.
– Conoció a su esposa, María de los Remedios de Escalada, cuando ella tenía 14 años. Después de casados convivieron solo dos años.
– San Martín viajó a Chile cuando Merceditas (su hija) tenía cinco meses de edad y pasó mucho tiempo lejos de ella. Su hija volvió a verlo cuando murió Remedios. Tenía siete años y recién entonces comenzó a conocer de verdad a su padre.
– Manejaba con total naturalidad varios idiomas. Era un gran lector en inglés, francés y latín, y a todos lados trasladaba su biblioteca personal. Cuentan que en los fogones del cruce de los Andes les leía a los analfabetos fragmentos de obras clásicas. Convencido de que las palabras eran más poderosas que las espadas, donó gran parte de sus libros para la fundación de la Biblioteca Nacional de Perú.
– Sabía tocar muy bien la guitarra. Cuando la guerra se lo permitía, daba improvisados conciertos a sus soldados.
– El Ejército de los Andes estaba conformado por 5.200 personas. Llevaban 10.000 mulas, 1.600 caballos, 600 vacas, 900 tiros de fusil y carabina, 2.000 balas de cañón, 2.000 de metralla y 600 granadas.
– Cuando fue gobernador de Cuyo, mejoró el sistema sanitario, educativo y carcelario. Además, prohibió los castigos corporales a los niños.
– En febrero de 1829 estuvo cerca de volver a pisar suelo argentino, pero no lo hizo porque se enteró de la revolución de Lavalle contra Dorrego, y se negó a desembarcar. Permaneció tres meses en Montevideo, donde le ofrecieron desde la jefatura del ejércico uruguayo hasta hacerse cargo del gobierno, pero rechazó todos los cargos.
– En 1832 San Martín y su hija Mercedes fueron afectados por la epidemia de cólera en Francia. Los trató un médico argentino, Mariano Balcarce, que prestó mucha atención a Mercedes. Se enamoraron y se casaron en 1832 en París.
– En 1850 San Martín estaba muy enfermo. Sufría asma, reuma, úlceras y estaba casi ciego. Su estado de salud se fue agravando hasta que falleció el 17 de agosto. Los relojes en la casa de San Martín se detuvieron a las tres de la tarde, hora en que murió el libertador en Francia. En su testamento pidió que su sable fuera entregado a Rosas y que su corazón descansara en Buenos Aires. Esta última voluntad recién se cumplió en 1880.
– Por su valentía ayudando a soldados heridos durante la Primera Guerra Mundial, su nieta, Josefa Dominga Balcarce, fue condecorada por el Gobierno francés con la Legión de Honor.
Fuentes: mundo.sputniknews.com / «A la Voz del Gran Jefe», Felipe Pigna / conpacto.com.ar