Los orígenes de la celebración de la Navidad el 25 de diciembre, se ubican en las costumbres de los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio del invierno (desde el 21 de diciembre en el hemisferio norte) fiestas relacionadas a los dioses del Sol, como Apolo y Helios (en Grecia y Roma), Mitra (en Persia) y Huitzilopochtli (en Tenochtitlán), entre otros.
Algunas culturas creían que el dios del Sol nació el 21 de diciembre, el día más corto del año en el hemisferio norte, y que los días se hacían más largos a medida que el dios se hacía más viejo. En otras culturas se creía que el dios del Sol murió ese día, sólo para volver a iniciar otro ciclo.
En el Imperio Romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. Para hacer más fácil que los romanos se pudiesen convertir al cristianismo sin abandonar sus festividades, el Papa Julio I pidió en el año 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha.
Aunque para algunos historiadores la celebración de la Navidad histórica debería situarse en primavera (entre abril y mayo), y para otros, siguiendo el relato de Lucas 2:8, que indica que la noche del nacimiento de Jesús, los pastores cuidaban los rebaños al aire libre y que el cielo estaba lleno de estrellas, es poco probable que este acontecimiento hubiera ocurrido en el invierno (hemisferio norte). Los cristianos mantienen el 25 de diciembre como fecha convencional, puesto que en la primavera (otoño para nosotros) la Iglesia celebra la Pascua.
Según la Enciclopedia Católica, la Navidad no está incluida en la lista de festividades cristianas de Ireneo ni en la lista de Tertuliano acerca del mismo tema, las cuales son las listas más antiguas que se conocen. La evidencia más temprana de la preocupación por la fecha de la Navidad se encuentra en Alejandría, cerca del año 200 de nuestra era, cuando Clemente de Alejandría indica que ciertos teólogos egipcios “muy curiosos” asignan no sólo el año sino también el día real del nacimiento de Cristo como 25 pachon (20 de mayo) en el vigésimo octavo año de Augusto.
Curiosidades sobre las costumbres de Navidad:
– La forma de triángulo del árbol de Navidad representa a la Santísima Trinidad.
– San Bonifacio lo creó al reemplazar el árbol pagano “Árbol del Universo” por el abeto, un árbol de pino que simboliza el amor eterno por Dios y la vida eterna.
– Actualmente, el árbol navideño más alto del mundo mide 72,1 m y está instalado en Colombo, Sri Lanka.
– Sobre la costumbre de dejar calcetines para los regalos. Cuenta la leyenda que un hombre sumido en la pobreza no tenía nada que ofrecer como dote para que sus tres hijas se pudieran casar, por lo que San Nicolás les arrojó monedas de oro por la chimenea que cayeron en los calcetines que colgaban allí.
– El villancico o “canción de villa” servía para registrar sucesos de la vida cotidiana, pero desde el siglo XIX se canta y escucha durante la época navideña.
– La canción “Noche de Paz” fue escrita en Austria en 1818 por el padre Joseph Mohr y tiene más 700 versiones.
– Los regalos navideños se dan en representación de los que los Reyes Magos le dieron a Jesús en el pesebre.
– Una teoría menciona que el cristianismo se apropió de esta costumbre de los pueblos paganos para facilitar la conversión de estos a su religión. Ellos, durante el solsticio de invierno, intercambiaban regalos como deseo de buena fortuna para la cosecha.
– Sobre la tradición de armar el pesebre. San Francisco de Asís, después de un viaje a Belén, se inspiró y recreó el nacimiento de Cristo durante una ceremonia en Italia. Esto conmovió a los asistentes, que rápidamente lo popularizaron y volvieron una tradición.
– Muchos pesebres o nacimientos respetan la primacía espiritual. Es decir, que el Niño, María y José son, en orden decreciente, más grandes que el resto de las figuritas.
Fuente: Navidad.es / Historia de la Navidad / Diariamenteali.com