Si por alguna razón los seres humanos desapareceríamos de la faz de la Tierra, ¿cuáles serían las especies que podrían «dominar» el planeta y cuáles no?.
Sabemos que la vida en la Tierra es posible tal y como la conocemos gracias a múltiples factores físico-químicos que se combinaron positivamente; desde la distancia precisa al Sol, el tamaño de la Tierra, su gravedad, la presencia de agua y de una atmósfera terrestre protectora con la densidad justa hasta una composición ideal rica en ozono y oxígeno, entre otras cosas.
La edad de nuestro planeta se estima en unos 4.570 millones de años, aunque inicialmente la vida en él no era posible dado el ambiente (temperatura y tipo de atmósfera) totalmente incompatible para el desarrollo y la evolución de moléculas biológicas. Según diversas investigaciones se estima que hace aproximadamente 3.850 millones de años las condiciones en la Tierra comenzaron a ser favorables para la vida en ella.
Múltiples especies animales y vegetales han ido evolucionado, y también otras han desaparecido en extinciones masivas con el correr de las eras geológicas. En particular, la especie humana ha evolucionado de otras especies no humanas, y para reconstruir nuestra historia biológica necesitamos de la paleontología, la biogeografía, la antropología, la biología molecular, entre otras ciencias.
Nuestro Sol (actualmente una estrella enana amarilla), se convertirá en unos 5.000 millones de años en una estrella gigante roja aumentando su tamaño y brillo. Ese incremento incesante acabaría con la vida en la Tierra.
Pero, ¿qué pasaría si por alguna razón, previa a la muerte de nuestra estrella, los seres humanos nos extinguiéramos antes?
Con los seres humanos extinguidos ocurrirían cambios fundamentales en la Tierra y su ambiente, como la historia ya nos lo ha demostrado con otras especies. Muchos escritores han confeccionado listas de especies candidatas a ser la «nueva especie dominante» (ratas, cucarachas, delfines, tardígrados, cerdos, hormigas, ballenas, murciélagos, etc.), con diferentes criterios de selección, pero ¿qué entendemos por «especie dominante»?
Si nos limitamos al reino animal el mundo siempre ha estado dominado por bacterias. A pesar de que la “era de las bacterias” terminó hace unos 1.200 millones de años, esto no sucedió porque las bacterias disminuyeron su predominio, sino porque los humanos clasificamos como «especie dominante» únicamente a los grandes organismos multicelulares.
Nuestro gran narcisismo hace que nos auto designemos como LA especie dominante pero no es así. Cuatro de cada cinco animales son nematodos (un tipo de gusano microscópico), así que ya con este ejemplo queda más que claro que ni la prevalencia, ni la cantidad, ni la diversidad son esenciales para que las cataloguemos como «vida dominante».
La especie humana ha sido exitosa en su conquista destructora. Muchos científicos creen que estamos en camino a la Sexta Gran Extinción (hubieron cinco anteriores, la última eliminó a los dinosaurios y al 75 % de toda la vida en la Tierra hace 66 millones de años).
Tal vez recuerden la película «El Planeta de los Simios», allí la nueva especie dominante fue otorgada a nuestros parientes cercanos, planteando que los primates podrían desarrollar el habla y adoptar nuestra tecnología si les diéramos el tiempo y el espacio suficiente. Pero esta opción no sería la mejor candidata, ya que lo más probable sería que los simios se extinguieran antes que nosotros o al menos a la par, porque de darse alguna crisis que acabe con los humanos también sería peligrosa para aquellos organismos con necesidades fisiológicas básicas similares a las del hombre, como los simios.
Según la nota publicada en The Conversation, el profesor de Ciencias Biológicas Luc Bussiere de la Universidad de Stirling, Escocia, de todas las especies que en teoría han sido animales dominantes en algún momento, los humanos son los únicos con excepcional inteligencia y destreza manual.
Se debe tener en claro que la evolución no favorece la inteligencia por sí misma, a no ser que ésta lleve a un mayor nivel de supervivencia y de reproducción. Por lo tanto, es un grave error pensar que nuestros sucesores serán especialmente inteligentes, seres sociales que podrán hablar o que serán expertos en tecnología.
Entonces, ¿quiénes nos reemplazarán como especie dominante?. Aunque la respuesta les resulte decepcionante, no está claro cual podría ser, pero Bussiere indica que podemos estar bastante seguros de que no será un chimpancé parlante 50 millones de años después de la extinción humana.
¿Podría ocurrir que las hormigas nos releven en el dominio de la Tierra?. No se puede descartar, de hecho se ha especulado con ellas en distintos análisis, pero es imposible que sepamos cómo serán esas hormigas dominantes descendientes de las actuales.
El punto es, que teniendo en cuenta la historia, las pequeñas criaturas que convivían con los dinosaurios y lograron sobrevivir al final del periodo Cretácico, no se parecían a ninguna especie conocida de la actualidad.
En algo coinciden todos los científicos y es que la evolución es algo muy difícil de predecir.
Afirman que está en marcha la sexta extinción masiva en el planeta
Un nuevo estudio estima que desde el año 1.500 la Tierra habría perdido entre el 7,5 y el 13 % de las dos millones de especies conocidas. Considerar a los invertebrados sería clave para entender qué está sucediendo.
La historia de la vida en la Tierra ha estado marcada en cinco ocasiones por eventos de extinción masiva de la biodiversidad provocados por fenómenos naturales extremos, el más famoso de ellos atribuido a la caída de un gran asteroide que acabó con la vida de los dinosaurios hace 66 millones de años.
Ahora, una reciente investigación publicada en la revista científica Biological Reviews y llevada a cabo por biólogos de la Universidad de Hawái y el Muséum National d’Histoire Naturelle de París, han detectado que si se tiene en cuenta la desaparición de los invertebrados, entonces la Tierra estaría viviendo la sexta extinción masiva, en este caso atribuible no a factores externos sino totalmente ligados a la actividad humana.
Robert Cowie, autor principal de la investigación, asegura que «las tasas de extinción de especies aumentaron drásticamente y la disminución de la abundancia de muchas poblaciones de animales y plantas está bien documentada, pero algunos niegan que estos fenómenos equivalgan a una extinción masiva».
La negación, en la opinión de Cowie, «se basa en una visión sesgada de la crisis que se centra en los mamíferos y las aves e ignora a los invertebrados, que por supuesto constituyen la gran mayoría de la biodiversidad».
Extrapolando los resultados recogidos sobre los caracoles terrestres y las babosas, los autores de la investigación estiman que desde el año 1.500 la Tierra habría perdido entre el 7,5 y el 13 % de las dos millones de especies conocidas en el planeta.
Es decir, habrían desaparecido entre 150.000 y 260.000 especies en 500 años. Esto, según los expertos, sería solo el inicio. «Incluir a los invertebrados fue clave para confirmar que efectivamente estamos presenciando el inicio de la sexta extinción masiva en la historia de la Tierra», explica Cowie.
No obstante, la extinción actual no estaría sucediendo de la misma manera alrededor del mundo. La diferencia entre el océano y la tierra es importante (las especies marinas están amenazadas, pero no tanto como las terrestres), pero también varía en función de si las especies son insulares o continentales (las primeras están más afectadas) e incluso entre plantas y animales (la tasa de extinción de las plantas es menor).
Cowie señala que «los humanos son la única especie capaz de manipular la biosfera a gran escala». «No somos simplemente otra especie que evoluciona frente a las influencias externas. Por el contrario, somos la única especie que tiene una elección consciente con respecto a nuestro futuro y el de la biodiversidad de la Tierra», advirtió.
Fuente: Marina Fernandez / Meteored.com.ar