Nos referimos a las islas Diómedes, en el estrecho de Bering.
Separadas por unos cuatro kilómetros de distancia, lo más interesante es, que hacia la mitad de esta distancia de separación, transcurre la línea internacional de cambio de fecha, una línea imaginaria superficial terrestre trazada sobre el océano Pacífico y coincidente con el meridiano 180°.
Es importante recordar que la línea internacional del cambio de fecha fue impulsada, en 1879, por Sir Sandford Fleming y se eligió específicamente este meridiano dado que atraviesa zonas oceánicas prácticamente despobladas.
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Pasar de un lado al otro de la línea implica cambiar de fecha, exactamente un día. Así si uno esta en la isla Diómedes Menor y contempla la Diómedes Mayor estará mirando hacia un sitio que está 21 horas en el futuro.
¿21 horas?. ¿No deberían ser 23?. En efecto, pero por razones administrativas se ajustó a 21, porque la isla Diómedes Menor pertenece a los Estados Unidos y la isla Diómedes Mayor a Rusia.
Por ejemplo, si en Diómedes Menor es mediodía, en Diómedes Mayor son las 9 de la mañana del día siguiente.
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Pero si ver el futuro no es tan impresionante, caminar hacia el futuro sí lo es. Durante unos días al año, en invierno, ambas islas pueden quedar unidas por un puente de hielo. Sin embargo, pasar caminando de una isla a la otra se considera ilegal dado que se trata de dos países distintos.
Como último dato curioso la isla rusa se halla deshabitada, pero en la estadounidense viven unas 160 personas integrantes de la comunidad esquimal iŋaliq iñupiaq, descendiente de antepasados que llegaron de Siberia (Rusia).
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Fuentes: Leyendas & Mitos / Diariodelviajero.com










