«Voy a construir un coche para el pueblo, el automóvil universal», proclamó Henry Ford en 1906. No tenía un objetivo filantrópico; lo que buscaba era aumentar su clientela al máximo.
El Ford T fue diseñado por Henry Ford, se inició su producción el 12 de Agosto de 1908. Salió de la fábrica el 27 de septiembre de 1908 y vio la luz pública el 1 de Octubre de 1908. Con su motor de cuatro cilindros y tan solo 20 CV de potencia, alcanzaba la velocidad máxima de 71 km por hora con un peso contenido para su época de 540 kg consumía un litro de nafta cada 5 km.
El ‘Vehículo universal’
El sueño de Henry Ford era construir un vehículo tosco pero sencillo y a un precio que todo el mundo se lo pudiera permitir. Aquel vehículo de ensueño era el Modelo T, el automóvil más famoso de la historia. Aunque se vendía finalmente por tan sólo 260 dólares sin extras, a casi todo el mundo le gustaban esos extras y el precio medio rondaba los 400 dólares.
El Modelo T irrumpió en la historia el 1 de octubre de 1908. Henry Ford lo llamó «el vehículo universal.» Se convirtió en el símbolo del transporte económico y fiable. El primer año de producción del modelo T se llegó hasta las 10.660 unidades, batiendo todos los récords de la industria y siendo el artífice de una verdadera revolución social.
El primer Ford construido fuera de Estados Unidos
En 1911, el T, con un motor de cuatro cilindros y 2.9 litros y una transmisión epicíclica de dos velocidades y marcha atrás manejada con pedales, se convertiría en el primer Ford que se construiría fuera de Estados Unidos cuando Ford Inglaterra comenzó con el montaje en las antiguas instalaciones del tranvía en Trafford Park, Manchester. La empresa tuvo un enorme éxito e hizo que se abriera una cadena de fábricas Ford en Europa.
El conservadurismo innato de Henry Ford supuso que el Modelo T se fuera quedando obsoleto. En 1927, al final de su produción se habían fabricado unos 16 millones de unidades del «Coche Universal» de Ford.
Motores V8 y cambio de marchas
El sucesor del Ford T, el A de cuatro cilindros de 1927-31, era tosco pero de buena presencia, y por primera vez en un Ford presentaba un cambio convencional de tres velocidades y marcha atrás.
Mientras que el Modelo B con motor V8 3.6 que sucedería al Modelo A en 1932 era un vehículo elegante y con una buena relación calidad-precio, aún conservaban los grandes motores que los conductores americanos demandaban. Se necesitaba urgentemente algo más ajustado a la conciencia de espacio del mercado europeo. La caída de las ventas de Ford, puso en peligro el cierre la fábrica que se acababa de abrir en Dagenham.