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jueves, septiembre 25, 2025
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«CIERRO LOS OJOS Y VEO LOS DEL CABALLO COCINADO POR LA ELECTRICIDAD»

El martes 4 de febrero pasado, ocurrió un grave siniestro por electricidad en la garita ubicada en la esquina de 10 y 65, justo frente al CIC.
Luego de publicada la primera información con fuentes oficiales, nos pusimos en contacto con la mamá que vivió junto a sus hijos un traumático momento. Luego de pasar la difícil situación vio y leyó, que lo que se contaba de lo acontecido, no se ajustaba a la realidad.
El último viaje a Mercedes del caballo negro que terminó eletrocutado
Desde DatoPosta decidimos comunicarnos con ella para que nos cuente puntualmente lo sucedido, así queda en claro qué fue lo que ocurrió el martes 4 de febrero, aproximadamente a las 11.20 en la esquina de 10 y 65.
Juliana, de 28 años, mamá de tres niños. Vive en San Jacinto y se fue hasta Mercedes a caballo con dos de sus hijos: el de 16 años (que termina recibiendo asistencia médica) y su hija de 11 (quién llego al CIC por un control). Fueron al CIC para los controles médicos de la hija. En la entrevista, dijo lo siguiente:
«Lo que pasó el pasado 4 de febrero, fue lo siguiente: A las 10 y 20 tenía turno en el SIC con un pediatra para hacerle un control a mi hija. Fui de a caballo con mis dos hijos por el tema de la lluvia, yo siempre me manejo en moto, o en auto, pero por el barro tuve que recurrir a los caballos que son lo único que me sacan del campo cuando llueve».
«Yo vivo en San Jacinto, ya le había hecho el control a mi hija, ya nos volvíamos para el campo y salimos en fila india. Pasamos por atrás de la garita policial. El caballo de mi hija, que fue el primero que salió, salió bien. Ese caballo no recibió electricidad, no recibió nada,  y mi hija tampoco. Yo paso por el medio.  Y mi caballo se cae al piso por la electricidad, yo recibo una descarga eléctrica, pero la mayor parte se la llevó el caballo. Se cayó. Con la misma rienda le pego al caballo y logro que se levante. Logro sacarlo del lugar, pero atrás mío venía mi hijo en otro caballo, que es el que quedó electrocutado, que fue el que recibió la mayor descarga eléctrica,» narró.
El caballo de la hija, ileso. Ambas fotos, sacadas por la mamá.
Luego, continuó contando con entereza el difícil momento: «Yo salgo de ahí, le digo a mi hija que sostenga los dos caballos, voy corriendo a sacarlo a mi hijo que estaba intentando salvar el caballo, pero ya con el caballo no se podía hacer nada porque la misma electricidad se lo iba chupando, se iba pegando cada vez más a la garita donde tenía electricidad. Agarro a mi hijo y me lo cruzo de vereda y me lo llevo en donde estaban los otros dos caballos junto con mi hija».
Juliana sabe y quiere contar lo que ella vivió. «Eso fue todo lo que pasó, hubo muchas versiones que no son ciertas. Fue eso nomás, yo en ningún momento me hice atender con ningún médico. Fueron los mismos médicos que salieron por el alboroto. Salieron y lo agarraron a mi hijo y se lo llevaron. Lo atendieron, le dieron la asistencia médica y de ahí mismo, del SIC, se comunican con el hospital y mandaron la ambulancia. Volví a entrar al SIC para ver cómo estaba mi hijo porque salió el pediatra que atendió a mi hija llamándome para explicarme unas cosas. Yo quería saber dónde y como estaba estaba mi hijo. El mismo pedíatra me lleva para adentro para que vea y me quedara tranquila que mi hijo estaba bien. Pero yo en ningún momento pasé por ahí como dicen, que me dio corriente, que me fui a hacer atender y que después volví a pasar por ahí y que fue ahí donde quedó el caballo pegado. Eso es todo mentira. Quería decirle que acá hay una familia destrozada que no puede dormir de noche, que está sufriendo mucho su pérdida. Yo no pedí asistencia médica porque mi prioridad eran mis dos hijos», sentenció.
Luciana no quise dejar pasar nuevamente la oportunidad de aclarar que «las versiones que están contando son que pasé yo, y que me dio corriente, que yo me fui a hacer atender al médico producto de la electricidad que me había dado, y que después salí y pasé nuevamente por el mismo lugar y que fue ahí donde quedó pegado el caballo. Todas esas cosas que dicen en las noticias son mentira. Incluso cuando yo me voy, viene la ambulancia y a mi hijo no lo quieren llevar solo porque es menor de edad. Yo estaba en un estado de shock con mi otra hija y mis otros dos caballos. Tengo una hermana que vive a una cuadra. La llamé por teléfono para que viniera a ayudarme. Una policía quería que yo dejara los caballos atados en la garita y que me vaya con la ambulancia porque no me podía esperar. Yo no me moví del lugar porque estaba con mi otra hija menor. Esperé que llegara mi hermana. Le entregué mi hija a mi hermana que estaba destrozada a causa de todo lo que vio. Y ahí me subí a la ambulancia y me fui con el nene al Hospital».
La madre, también contó lo sucedido con la policía. «En el transcurso que yo me voy al hospital en la ambulancia con mi hijo, una policía mujer, tomó una declaración a un vecino o a una vecina, que dice que yo pasé por ahí, que me dio corriente, que fui al CIC a hacerme atender. Que salí de hacerme atender del CIC y que volvía a pasar por el mismo lugar, que ahí fue donde se desató todo ese caos. Eso es mentira. La policía quería hacerme firmar a toda costa una declaración que no era correcta y decía toda esa versión que te acabo de contar. Yo me negué rotundamente a firmarla porque no fue lo sucedido,» contó con firmeza.
Más adelante, explicó cómo cambió lo sucedido. «Después vino otra policía que estaba al lado de ella, se sentó e hizo mi declaración. Me pidió que relate lo sucedido. Y yo conté todo tal cual como lo estoy contando ahora. Tengo la denuncia que me hizo firmar la chica, o sea, la que yo declaré, no las declaraciones de los vecinos, porque no estaban los vecinos, no saben qué pasó. No saben a quién le dio una descarga y a quién no».
Al ser consultada Juliana, sobre si saben desde dónde recibieron las descargas eléctricas, aseguró que «nosotros no vimos ningún cable. Si sabemos que la garita es la que tenía corriente. Después cuando yo me voy, que viene la policía y viene Científica y demás, me entero que había una pérdida de 380 en un cable que estaba tocando la garita que pertenecía al aire acondicionado de la garita policial».
Sobre cómo viene viviendo la familia la situación, la mamá manifestó que «digamos que estamos bien, solo nos han quedado secuelas. De lo que pasó, nos da pánico salir a Mercedes, no queremos. Yo no quiero, hoy tuve una entrevista de trabajo y no quería ir. Me despierto mucho en la noche, casi no puedo dormir, cierro los ojos y veo los del caballo cocinado por la electricidad. Cosas así, estamos muy tristes, muy apenado por nuestro animal y saber que nuestros caballos salvaron nuestras vidas, es como que no caemos todavía, no caemos porque si no fuese por nuestros caballos, no estaríamos ninguno de nosotros tres hoy en día. En el patio de mi casa falta un héroe que dio la vida por nosotros».
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