Por: Guillermo P. Blanco
Especialista en Higiene y Seguridad Laboral en la Industria de la Construcción
Facultad de Arquitectura y Urbanismo – Universidad Nacional de La Plata
El reemplazo de las bolsas de cemento de 50 kilos por presentaciones de 25 kilos, representa un avance integral en la industria de la construcción, con beneficios claros en materia de seguridad laboral, higiene, eficiencia operativa y economía de obra.
Algunos de los beneficios son los siguiente:
1.- Reducción del riesgo de lesiones músculo-esqueléticas
Manipular bolsas de 50 Kg excede los valores recomendados por la legislación laboral vigente (Resolución SRT 295/2003, Ley 19.587) y normas internacionales.
El peso excesivo es responsable de frecuentes lesiones de columna, hernias, desgarros y otros trastornos osteomusculares.
2.- Mejora ergonómica y operativa
El peso de 25 Kg permite que una persona pueda manipular la bolsa sin asistencia adicional ni medios mecánicos, lo que facilita la logística interna, la carga en altura y el trabajo en espacios reducidos.
Se disminuye el riesgo de accidentes por malas posturas, sobreesfuerzos y pérdida de control de carga.
3.- Aporte a la inclusión y seguridad
Esta medida democratiza el acceso a las tareas operativas, permitiendo que más personas, incluidas mujeres y trabajadores de menor contextura física, puedan realizar tareas de acarreo sin exponerse a riesgos físicos.
4.- Mejoras en logística y almacenamiento
Las bolsas más pequeñas son más estables y fáciles de apilar, reduciendo el riesgo de colapsos en el acopio y facilitando el orden en obra.
También mejora el control de stock y la manipulación en sectores con condiciones difíciles (pisos irregulares, andamios, obras en altura).
5.- Economía de obra: reducción del desperdicio por vencimiento
El cemento tiene fecha de vencimiento, y una vez endurecido por la humedad o el tiempo pierde sus propiedades y se convierte en residuo.
Las bolsas de 50 Kg muchas veces se utilizan parcialmente, quedando restos mal cerrados o almacenados que terminan inutilizados.
Con bolsas de 25 Kg es más fácil ajustar la cantidad a las necesidades reales de cada jornada, evitando aperturas innecesarias y optimizando el uso del material.
Esto se traduce en una reducción del desperdicio y un ahorro económico directo, especialmente en obras medianas y pequeñas o con cronogramas irregulares.
Conclusión:
La transición a bolsas de 25 Kg no es solo una cuestión de comodidad, sino una decisión estratégica de prevención, eficiencia y sustentabilidad.
Mejora condiciones de trabajo, reduce riesgos laborales, aumenta la vida útil del material y genera un ahorro real en la ejecución de obra.