Por: Marcelo Melo
Otra vez 7 de junio. Un nuevo año que nos interpela sobre los verdaderos lineamientos entre los que debe manejarse un periodista.
Informar, intentar mantener la independencia de pensamiento, intentar mantener el espíritu para fortalecer siempre el pensamiento crítico, aferrarse a la verdad, soportar presiones, competir de una u otra manera con las redes sociales, diferenciarse de lo que se dice y se lee de las redes sociales. Negociar pautas publicitarias con los oficialismos, y con la oposición. Intentar conseguir publicidades de comercios y empresas en momentos de crisis generalizada. Con comercios y empresas, que en Mercedes, como no muchas más ciudades, crean que hacer una publicidad, sea dar unos mangos para ayudar y que pueda hacer su programa de radio. Y que el valor de esa publicidad en un programa de radio en el que se juntan cuatro amigos a pasar música y despuntar el vicio, compita en el mismo segmento que quien tiene una estructura y personas trabajando haciendo periodismo. Con todas las vicisitudes que se tienen y que fueran enunciados anteriormente.
Y no es una crítica a quien hace su programa de radio para pasar música. Está en todo su derecho de hacerlo. Es crítico para nosotros mismos que como sociedad, no intentamos tener un periodismo de mayor calidad. Mercedes tiene un muy buen periodismo. Podría ser mucho mejor.
Y siempre le hemos echado la culpa a algo o a alguien. Las faltas de libertades. Que las hubo y han sido muy agraviantes a nuestras formas de permitirnos tener pensamiento. Las difíciles situaciones por las que atraviesa nuestro país de manera crónica. Pero siempre con una crisis a la vista.
Pero quizás, también pudo haber sido la lenta lectura de la realidad que hemos tenido los periodistas en aggiornarnos. Y algo de eso hay. Hoy prácticamente no hay un periodista que de una forma u otra no sea una pyme.
A raíz del bajo mercado publicitario que hay en la ciudad, mayormente no hubo emprendimientos periodísticas en Mercedes que hayan podido fortalecerse como empresa. Mercedes hace muchísimos años no tiene un diario de papel. Hasta hace poco tiempo atrás, en la ciudad los medios más fuertes eran semanarios… Dentro de muy poquito tiempo, deberemos explicarle a quienes nos preceden, que en época como la actual, en la que lo que ocurrió a la mañana, por la tarde ya era viejo, que en Mercedes había gente que se informaba con un diario de papel, que publicaba noticias de siete días atrás.
En tiempos donde nadie escucha a nadie En tiempos donde todos contra todos En tiempos egoístas y mezquinos En tiempos donde siempre estamos solos Habrá que declararse incompetente En todas las materias del mercado Habrá que declararse un inocente O habrá que ser abyecto y desalmado
Fito Paez
Quizás alguien pueda leer una crítica al medio, o a los semanarios, pero no, es la lectura de la realidad. Y un reconocimiento al trabajo que se ha hecho desde Protagonistas, por ejemplo, en mantenerse. El avance de las nuevas tecnologías hace que lo que veíamos como algo fuerte, en poco tiempo pasa a ser nada. Poco tiempo atrás, la televisión y los semanarios eran los medios fuertes en Mercedes. Y la que se sigue manteniendo es la radio. Y hoy los medios que hegemonizan la lectura de los mercedinos son los portales de noticias. Todo muy cambiante. Vertiginoso.
Es pasar de trabajar en un diario o periódico que vende en los kioscos lo escrito cobrando un precio por el ejemplar. A publicar de manera gratuita, con gente que critica a través de las redes la forma que se comunica.
Cambió todo y como si fuera poco, en pocos días más, la inteligencia artificial continuará con su avance en la forma de comunicar en los grandes medios nacionales, por ahora. ¿En cuánto tiempo más lo estarán haciendo en Mercedes? Si tenemos en claro que muchas veces hoy, se lee más una nota que sólo tuvimos que copiar y pegar, que estar sentado escribiendo horas, e investigando sobre un tema. Y que si la nota es larga, cansa.
Los cambios en nuestra profesión nos han superado. Nos vapulearon. Nos han vilipendiado.
Hoy, un periodista crea rápidamente una empresa. En mi caso, fue un proyecto que «usé» para sobrevivir en la pandemia haciendo periodismo y estar activo en momentos de no saber qué es lo que pasaba, ni cómo pasaba. Éramos el canal de los fervientes espectadores en conocer los parte de casos de positivos de Covid-19. Pero también, informadores de las noticias de los primeros tiempos de pandemia en la que la sociedad tenía una visión dura, egoísta e inquisidora de los primeros contagiados y hasta del personal sanitario.
Los periodistas somos una mezcla de todos eso. que mamamos y convivimos con todas las situaciones contadas. Y muchísimo más. Convivimos con ellas. Y con momentos tan fuertes, que a veces nuestros propios vecinos nos podrían llegar a tratar de fabulador si llegamos a contar cosas que suceden, y quedan en el off the reccord.
En Mercedes ser periodista no es fácil, pero a la vez, podes vivir los momentos por los que justamente nos tratan de fabuladores. Y en este país pasan cosas. En nuestra ciudad, pasan cosas. Y nos agarra acá, siendo justamente periodistas, ejerciendo esta linda profesión. Que es sólo para unos pocos.
Horas atrás, hablaba un hombre de los medios locales sobre que nuestro problema era justamente la retransmisión de gacetillas. Que hoy los medios, en su mayoría, se nutren de lo que envían desde diferentes sectores. La gente sabe cuándo lee una gacetilla y cuando no. Si dos medios publican la misma nota, eso una gacetilla. Eso también es una resultante de lo difícil que cuesta construir económicamente un medio. En no poder sostener periodistas trabajando y la elaboración de una nota como corresponde y para publicar sobre el amplio abanico de temario, además de lo periodístico, suma la gacetilla. Que también tiene su público. Es lo que quiere hacer conocer un ente, y lo hace a través de los medios, que siempre, inexorablemente le da la identidad a algo que ocurre.
Son tiempos muy difíciles. Habrá de reinventarse. Una vez más.
Foto de portada: gentileza Carlos Massa